A media tarde de ayer la crónica de la noticia daba por caída la negociación paritaria del gremio de Camioneros y a renglón seguido daba por descontado la convocatoria a un paro nacional de este sindicato para el próximo lunes. La amenaza de paro había salido de boca del secretario general del gremio de Camioneros, Hugo Moyano, que reapareció en público y ante los medios, para advertir que si en la reunión que estaba a punto de comenzar con los empresarios de Transporte de cargas no había acuerdo ‘el lunes habría paro nacional’. Pero esta amenaza sería sólo una estrategia de presión por parte de Hugo Moyano para apurar el acuerdo que está negociando en secreto: según adelantaron ayer los medios nacionales, Moyano padre se puso al frente de la negociación después de fracasar un nuevo intento para cerrar el acuerdo salarial.

Según los trascendidos, el líder camionero podría estampar su firma hoy en un acuerdo, por el plazo de un año, que implicaría un aumento de alrededor del 107%, lejos del 131% que exigía el otro líder camionero, Pablo Moyano, el hijo de Hugo. Pero para compensar esta brecha, los empresarios estarían dispuestos a ofrecer en la negociación un bono de fin de año de $100.000.

Todo este combo se está discutiendo en negociaciones informales con las cámaras empresarias de la actividad que se cree que se firmará de forma inminente, incluso vaticinan que podría llegar hoy mismo.

Los empresarios -que ven con buenos ojos un aumento inferior al pretendido inicialmente por el gremio- quieren evitar a toda costa el paro general en todo el país al que se refirió Moyano y que podría frenar desde la recolección de residuos hasta el transporte y reparto de todo tipo de mercaderías.

El consenso entre las partes, lejos de los términos que se discutieron horas antes en la paritaria, supone un entendimiento por el plazo de un año, desde el 1 de noviembre hasta el 31 de octubre de 2023, por un incremento de 107% a pagarse en cuatro tramos y con una revisión a los seis meses de la firma del acuerdo, según confiaron fuentes de la negociación a los medios nacionales.

Si bien durante la cuarta audiencia paritaria realizada ayer en la sede del Ministerio de Trabajo en Avenida Callao al 100 las partes mantuvieron sus posiciones (el gremio insistió en el reclamo de un aumento de 131% y los empresarios reiteraron su ofrecimiento de una suba de 84%), Hugo Moyano abrió un canal informal en la negociación con los representantes de Faetyl, Fadeeac y Catac, las tres cámaras empresarias del transporte de cargas, para acercar posiciones y destrabar la discusión. En ese marco, se planteó la alternativa de avanzar en un acuerdo por el término de un año -en lugar de por un nuevo semestre como se discutía hasta ahora-, el gremio reclamó allí una suba de 110% mientras los empresarios propusieron un 105%, por lo que las posiciones se acercaron hacia un esquema de aumento 107% que se abonaría en 4 cuotas.

Adicionalmente, el convenio incorporaría el pago de un bono de fin de año por un monto de $100.000, en tanto las partes aún mantenían diferencias respecto al incremento de los adicionales que los directivos de Camioneros reclamaron para algunas de las ramas de la actividad.

De oficializarse el entendimiento de Camioneros en los términos del acercamiento logrado ayer, el Gobierno de Alberto Fernández habría logrado disipar un frente de tormenta importante por la necesidad de sortear la alternativa de un escenario de conflicto en una actividad clave para asegurar el abastecimiento.

 

Otros reclamos por pago de Ganancias

Las Federaciones de Trabajadores de Luz y Fuerza y de Trabajadores de la Industria del Gas Natural reafirmaron ayer que "el salario no es ganancia y, por lo tanto, ese impuesto con el que se lo grava es totalmente improcedente", y reclamaron que ese personal sea contemplado en el Presupuesto como "exento". Este reclamo surge a partir de lo resuelto por la Cámara de Diputados, que otorgó media sanción al proyecto de Presupuesto 2023 con algunas exenciones para Ganancias.