El Gobierno nacional salió ayer a pelear la guerra contra la inflación con soldados K que comenzaron a copar los supermercados del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para controlar los precios después que la dramática suba del dólar blue en la semana aceleró la remarcación de precios y dejó góndolas vacías.

Bajo la batuta del flamante secretario de Comercio Interior, Martín Pollera, distintas áreas del gobierno intensificaron los operativos de fiscalización de precios tendientes a desarticular maniobras especulativas en distintos establecimientos como supermercados e hipermercados.

Los operativos también "fueron realizados sobre empresas productoras de bienes de consumo

masivo con alto poder de mercado".

Pollera, aseguró que aplicarán la "fuerza de la ley" cuando detecten incumplimientos en los acuerdos de precios alcanzados con supermercadistas, al difundir en una red social el operativo de control desplegado tanto por su oficina, como por la AFIP y ARBA.

"Aplicaremos la fuerza de la ley frente a los incumplimientos en los acuerdos de precios o faltantes en las góndolas", escribió el funcionario frente a un nuevo operativo encabezado con militantes K.

Medios nacionales señalaron que en los últimos días el faltante más graves fue la harinas y productos farináceos en general además de azúcar. Sin embargo, los comerciantes sostienen que los faltantes abarcan cada vez a más productos como el aceite, gelatinas, mermeladas, café o saquitos de té.

La máxima preocupación hoy del gobierno frente a la crisis cambiaria es el impacto que la devaluación del peso frente al dólar marginal tenga sobre la ya creciente inflación.

Antes de que se desatará la corrida del dólar blue -que en lo que va de julio acumula una suba de $100-, todos los pronósticos de los economistas planteaban para el mes de julio un índice de inflación cercano al 7%. Ahora temen quedarse corto con este diagnóstico. En la primera quincena de julio, el IPC del Gran Buenos Aires que mide la consultora Ecolatina trepó a 7,9% en comparación con igual período del mes anterior. Según el último sondeo entre expertos realizado por el Banco Central, la tasa de inflación alcanzaría el 76% a fin de año. En junio, la inflación fue del 5,3% y los analistas esperan que se acelere en julio.

Los operativos de Comercio Interior se suman a los realizados por otros organismos como la Agencia de recaudación de Buenos Aires (ARBA) y de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).

En ese sentido, Pollera, afirmó que están planificando "para garantizar el mejor proceso de fiscalización. El macrismo la destruyó pasando de 500 inspectores a 13", precisó. Por ese motivo, y con el objetivo "de cuidar con más eficacia el bolsillo de los argentinos ante los abusos e incumplimientos, estamos trabajando desde la Secretaría, con provincias y municipios para cubrir todo el territorio nacional", destacó Pollera.

La depreciación del peso, que esta semana alcanzó mínimos históricos casi a diario en el mercado informal, generó incertidumbre en industrias y comercios por temor a que los costos se disparen ante las restricciones impuestas por el banco central para acceder a divisas a través del mercado formal.

Debido a esas restricciones, la brecha entre el peso en el mercado formal y el informal llegó hasta un 160%.

 

Cristina no apoyaría la idea del dólar soja

La tregua entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Kirchner, parece encarrilada, al menos hasta que el horizonte financiero le de un respiro al Gobierno. Es que ayer, las máximas figuras del Ejecutivo volvieron a compartir un largo almuerzo en la quinta de Olivos donde analizaron distintas alternativas que permitan enfrentar la suba constante del dólar y el riesgo país.

Además, según publicó Infobae, evaluaron eventuales cambios de Gabinete que oxigenen la gestión y le den un renovado impulso.

Fernández de Kirchner arribó a Olivos cerca de las 13 vestida de sport, al ingresar por el túnel de la avenida Libertador en su auto oficial. Durante el encuentro, CFK expresó su disconformidad a la posibilidad de que se genere un dólar paralelo que le permita al campo liquidar la soja que mantienen guardada en silobolsas, a la espera de mejores condiciones para una venta.

La posibilidad de un dólar especial para los productores agropecuarios había trascendido en los últimos días debido a que las exportaciones de soja están en mínimos desde que se lleva registro.