La dirigente social Milagro Sala afirmó ayer que es una "presa política", al cumplir cuatro años en prisión mientras que organizaciones sociales y políticas reclamaron en Buenos Aires al Gobierno y la Justicia por su liberación.
"Es una locura lo que nos están haciendo, queremos juicios justos, no queremos privilegios, queremos que nos devuelvan la libertad. Nos trataron de delincuentes, narcotraficantes y corruptos a todos los presos políticos", reclamó Sala desde su hogar en la norteña ciudad de San Salvador de Jujuy, donde cumple en prisión domiciliaria su condena a 13 años de cárcel por defraudación al Estado, asociación ilícita y extorsión.
La líder de la organización social Tupac Amaru tomó en tanto distancia de las declaraciones del nuevo presidente argentino, el peronista Alberto Fernández, quien en una reciente reunión con organismos de derechos humanos se refirió a Sala no como una presa política sino como víctima de una "detención arbitraria".
"Él es abogado y yo soy simplemente una militante del campo popular, entiendo muy poco de justicia pero sí siento que somos presos políticos, que nos usaron a nosotros en el caso de Jujuy para poder gobernar tranquilos y poder hacer grandes negociados con las grandes empresas", declaró la dirigente social a la radio El Destape.
El jefe de Gabinete nacional, Santiago Cafiero, evitó también este jueves referirse a Sala como una "presa política" al ser consultado sobre el tema.
"Somos contrarios a las detenciones arbitrarias y esperemos que en los casos que existan estas detenciones arbitrarias la Justicia las revea porque no pensamos que los mecanismos de prisiones preventivas sean los adecuados para impartir justicia", declaró Cafiero en una conferencia de prensa en la Casa Rosada.
Sala cargó en tanto contra el gobernador provincial, Gerardo Morales, del opositor Frente Cambia Jujuy, al asegurar que es su "carcelero".
"Sigue usándome a mí para poder gobernar porque él entiende que si sale Milagro Sala no va a poder gobernar", sostuvo la dirigente social a radio El Destape.
La agrupación Tupac Amaru de Sala creció ampliamente durante los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2015), de los que recibió millonarios aportes financieros para la construcción de viviendas e infraestructura en Jujuy.
La dirigente fue detenida el 16 de enero de 2016 en Jujuy, poco más de un mes después de la asunción del Mauricio Macri, y según declaró ayer, afrontó desde entonces un total de 16 causas en su contra.
Sala llegó a ser elegida en 2015 para ocupar un escaño en el Parlamento del Mercosur por el kirchnerista Frente de la Victoria.
En Buenos Aires, decenas de militantes de la Tupac Amaru realizaron desde el miércoles un campamento improvisado frente al tradicional Obelisco para reclamar por la libertad de Sala y once compañeros de la organización que se encuentran presos en Jujuy, al mismo tiempo que decenas de choferes de taxi protestaban a pocos metros contra las plataformas de viaje Uber y Cabify.
El coordinador nacional de Tupac Amaru, Alejandro Garfagnini, confió en declaraciones a Efe en que la asunción del peronista Fernández, acompañado en la vicepresidencia por Cristina Fernández de Kirchner, traerá cambios.
"El nuevo Gobierno genera un nivel de expectativa enorme porque nos sentimos parte y porque además el presidente Alberto Fernández fue uno de los dirigentes que en 2016 viajó a Jujuy a ver a Milagro en el penal", destacó.
El coordinador señaló además que "Milagro Sala es una presa política" porque "hubo un proceso de cuatro años de persecución a líderes opositores perpetrado por un sector de la Justicia con un sector de los medios de comunicación concentrados".
> Negri: Hubo y hay "políticos presos"
El presidente del interbloque Juntos por el Cambio de la Cámara de Diputados, Mario Negri, señaló ayer que "en Argentina no hay presos políticos", sino que "hubo y hay políticos presos, y también hay otros (políticos) que no están presos y se robaron el país", en alusión a los dichos de la dirigente social Milagro Sala en ese sentido.
El diputado precisó: "El Presidente dijo que no hay presos políticos y hoy Milagro Sala le respondió sin pudor diciendo ‘pensé que la Justicia iba a cambiar más rápido’". "Acá no estamos ante simples diferencias conceptuales: en esta guerra de declaraciones se está jugando la independencia del Poder Judicial", expresó Negri.