El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, anunció ayer que promoverá la modificación de una ley a fin de ‘obligar‘ a los presos a trabajar, a la vez que condenó la ‘jurisprudencia garantista‘, al inaugurar el 177 período de sesiones ordinarias de la Legislatura. 
En un breve discurso ante los senadores y diputados provinciales, reunidos en asamblea, el gobernador de Cambiemos identificó su administración con lo que llamó la ‘revolución de lo sencillo‘. ‘Entendemos que tenemos escasez de recursos y grandes dificultades aún‘, por lo cual ‘en vez de anuncios ostentosos, hemos elegido trabajar diariamente sobre pequeñas realidades.

Una revolución de lo sencillo. Y lo sencillo son cosas que nos llenan de orgullo‘, manifestó. En ese marco, anunció ‘una nueva iniciativa importante en materia de seguridad. 
Se trata de una nueva ley que obliga a los presos a trabajar en las cárceles y que modifica la actual ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad número 8.465‘. 

‘Esta ley que impulsamos apunta a revisar la vida dentro de los penales. Las cárceles necesitan orden y para eso necesitamos tener nuevos instrumentos para trabajar‘, subrayó. La intención, resumió, es terminar con las cárceles de ‘máxima ociosidad‘, ya que la permanencia inactiva de los detenidos se convierte en un ‘privilegio‘, opinó, ‘ya que no tienen la misma obligación de trabajar que los ciudadanos decentes‘. 

‘Mi gobierno no va a parar hasta que los delincuentes sepan que salir a delinquir tiene costos durísimos para ellos”, afirmó.
Cornejo lamentó que ‘la jurisprudencia conocida como garantista hizo que hasta ahora la ley fuera el piso de los derechos para las personas privadas de la libertad. Cada vez se les otorgó más y más ventajas, de manera que el trabajo dejó de ser una obligación y se convirtió sólo en una opción‘, dijo. 

‘Esto terminó generando la ociosidad indeterminada con gravísimas consecuencias para la vida del penal y, lo que es más importante, para la vida misma de los internos y sus posibilidades de reinserción en la sociedad‘, argumentó. 

Por su parte, el ministro de Seguridad Gianni Venier explicó que, de aprobarse la ley propuesta para que los presos trabajen, ‘será un trabajo remunerado y que se descontará parte de los costos que implica el mantenimiento de un preso, unos 20.000 pesos por mes‘. El funcionario explicó que se busca que el trabajo sea obligatorio para los internos que estén condenados, población que representa un 60% del total de las cárceles mendocinas. La idea es que todos los presos trabajen, mientras que para los procesados será opcional, explicó Venier.

En el área de la educación, el gobernador Cornejo destacó el plus salarial llamado ‘ítem aula‘ al que calificó como un ‘éxito rotundo del que habla el país‘. Esto ha ‘bajado 40 por ciento la cantidad de días de licencia pedidos por los docentes. Mendoza es la única jurisdicción del país donde el ausentismo docente de la escuela estatal es del 5%, el mismo de la privada. Somos la única provincia que ha resuelto este problema, que es la base del resto de las dificultades‘, afirmó.
 

Que los reos trabajen para costear su gasto

El director de Enlace de Asuntos Penitenciarios y Justicia, Juan Ignacio Mulet, defendió ayer la idea de que los presos en Mendoza trabajen para costear sus gastos dado que, según señaló, cada reo le cuesta al gobierno unos $20.000 por mes. Mulet fundamentó su planteo en que “el gasto general de hotelería, salud, seguridad, educación, infraestructura, etcétera es $20.000 por mes por persona privada de la libertad”.

Para ello, aseguró que desde el gobierno “ya hay una fuerte inversión en equipos productivos y educativos, para ampliar el acceso a esos derechos y ya están en macha varias obras y construcciones de varias cárceles como la federal y manutención de las existentes”.

Para este anuncio, el funcionario penitenciario dijo que se tomó de ejemplo a varios países europeos y también a la provincia de Santa Fe que tiene un sistema de trabajo y a ciertos estados americanos (de EEUU) que están yendo en el camino del trabajo no forzoso sino reconocido y remunerado con un peculio.