A través del método de siembra de nubes, el Laboratorio de Investigaciones Hidrodinámicas, Atmosféricas y Nubes para Desarrollos Operativos (LIHANDO) desarrolla en Mendoza un proyecto que pretende incrementar el régimen de lluvias de las zonas áridas de la vecina provincia.

El LIHANDO, que depende de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mendoza, tiene entre otros fines modificar el clima en forma artificial, trabajando sobre los procesos de los fenómenos meteorológicos que producen impactos negativos. Por eso científicos de ese laboratorio desarrollan un proyecto que pretende incrementar el régimen de lluvias de las zonas áridas para responder al problema de la escasez de agua en varias regiones mendocinas, afectadas en su actividad agraria.

Raúl Pérez, director del LIHANDO, sostuvo al referirse a este novedoso proyecto que “de esta manera estamos desarrollando reservorios sustentables de agua”. Pérez, que es licenciado en física y doctor en ingeniería, trabajó durante varios años en el programa de lucha antigranizo de la provincia de Mendoza, y precisamente el proyecto que encabeza se basa en la experiencia de esa lucha y en el trabajo exitoso en la materia de países como EEUU, Israel, China y Australia. “Estamos trabajando en convenio con investigadores de Texas, que hace 50 años que estudian estos temas y ya han ganado más de un millón de hectáreas al desierto con estos sistemas. Entonces, nosotros tomamos esta metodología y estamos adaptándola a la dinámica atmosférica regional de Mendoza”, explicó Pérez.

Precipitaciones o lluvias

El investigador aclaró que un incremento de precipitaciones no es lo mismo que hacer llover: “Si existe una atmósfera con suficiente agua en estado de vapor, lo que buscamos es aumentar la cantidad de gotas en la nube. Para eso, introducimos un químico inocuo que no afecta al medio ambiente y que permite aumentar el número de gotas”.

“Cuando la gota se forma y empieza a caer, ésta comienza a evaporarse. Entonces, lo que hay que lograr es que haya más gotas y de mayor tamaño para que durante la caída no se evaporen y lleguen en forma de lluvia o nevada”, agregó.

Para la siembra de nubes existen dos caminos: en zonas llanas “se utilizan aviones” (foto), pero en Mendoza, como las zonas están a unos mil metros sobre el nivel del mar, el avión no es necesario. “Basta con poner ciertos equipamientos fijos en tierra y desde ahí se siembra”, explicó. Otro tanto ocurre en trabajos de alta montaña. “Si queremos aumentar la precipitación nívea, podemos estar trabajando a tres mil o cuatro mil metros sobre nivel del mar en la montaña, sin ninguna necesidad de aviones”, agregó.


Yoduro de plata

Para poder incrementar las precipitaciones, los científicos de la UTN-Mendoza desarrollaron sus propios equipos y fabricaron unas estructuras fijas para usar en tierra donde se monta el material glaciógeno: el yoduro de plata. Este material es aceptado por la Organización Meteorológica Mundial para actividades de modificación del clima porque está demostrado que es inocuo y al mismo tiempo muy eficiente para formar gotas de agua o copos de nieve. Como el yoduro de plata es un material importado y muy costoso, los científicos de la UTN-Mendoza ya prueban también otros materiales que permitan incrementar las precipitaciones.