El tribunal que juzga el asesinato del gobernador Carlos Soria, que tiene como única acusa por el crimen a su esposa, Susana Freydoz, aceptó el pedido de los hijos de la víctima de declarar sin la presencia de público ni prensa, medida que ya rigió ayer con la testimonial de María Emilia Soria.
La solicitud fue presentada por Martín, Carlos Ernesto, Germán y María Emilia, y la primera opinión favorable al pedido fue pronunciada por la propia fiscal, Laura Pérez.
El que sí declaró en público fue el yerno de Soria, Mariano Valentín, el primero en pedir ayuda para su suegro y que contó que le había llamado la atención que en los últimos meses se repetían las peleas entre el matrimonio.
“En los últimos tiempos había muchas peleas entre ellos. A mí me llamaba mucho la atención cómo (la mujer) le revisaba su celular (a Soria). No era normal eso”, afirmó.
Describió también que las peleas se limitaban a violencia verbal con insultos, y que la agresión era “mutua”.
También abundó en detalles sobre la actitud “diferente” que tuvo Freydoz el día del hecho, más silenciosa, bebiendo sin hablar e interrumpiendo su mutismo para reprochar a Soria con acidez.
Valentín recordó que la noche del crimen recién se había dormido cuando lo despertaron los gritos de su novia desde el cuarto del matrimonio Soria, y al concurrir vio el cuerpo del gobernador desnudo boca arriba, con un agujero en la cara y mucha sangre.
