En lo que podría considerarse como un endurecimiento de su discurso acorde con la exigente verborragia kirchnerista, el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, cuestionó a los bancos respecto al rol que ocupan en la cadena de “inclusión financiera” al afirmar que “están muy acostumbrados a pescar dentro de la pecera" y les demandó ponerse "al servicio de la producción y no al revés”.
Haciendo referencias a las medidas económicas aplicadas por el Gobierno para fomentar el financiamiento en la industria y el comercio, Kulfas consideró en declaraciones radiales citadas por la agencia de noticias Télam, que un modelo de desarrollo nacional necesita "tasas de interés acordes para producir, no para especular”.
“En esa dirección se trabajó a comienzos del año pasado, y en volver a activar políticas industriales que habían sido desactivadas por el gobierno de Mauricio Macri”, afirmó el funcionario, y añadió que "los bancos tienen que estar al servicio de la producción y no al revés”, siendo que “la industria no tiene que entregar parte de su rentabilidad al servicio de la especulación financiera”.
“En general los bancos privados son muy reticentes a prestar", aseguró el titular de la cartera productiva y reseñó: "Hace un año, cuando arrancaba la pandemia, hablamos con los bancos para decirles que teníamos que generar herramientas para generar liquidez en las empresas, que iban a necesitar créditos para poder subsistir, pero la respuesta que me daban los banqueros fue ‘no’”.
Según Kulfas, las entidades financieras decidieron minimizar el apoyo crediticio a las empresas en medio de la pandemia de coronavirus ante lo que consideraban era una crisis inminente que iba a imposibilitar a las empresas pagar sus obligaciones. En ese contexto, el ministro aseveró que "los bancos están acostumbrados a pescar dentro de la pecera".
"El programa Ahora 12 permite financiar compras para sectores asalariados. Los bancos siempre buscan darle la cuarta tarjeta a un empleado con un buen sueldo pero, por ejemplo, en Argentina hay 400.000 trabajadoras formales en casas particulares a las que los bancos no les abren cuentas y no les dan tarjetas de crédito”, se quejó el ministro.
“Queremos que puedan tener una tarjeta de crédito y comprarse una heladera nueva o un lavarropas en cuotas. Esto cuesta muchísimo pero es un trabajo que se logra con regulación, con políticas públicas. Estamos convencidos que tenemos que lograrlo”, insistió.