Homenaje. Al iniciar el discurso, Macri homenajeó “a los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que entregaron su vida cumpliendo su deber”.

 

Al inaugurar el periodo de sesiones ordinarias del Congreso argentino, el presidente Mauricio Macri afirmó ayer que “lo peor ya pasó y ahora vienen los años en los cuales el país va a crecer”, advirtiendo también que “las transformaciones que hicimos empiezan a dar frutos, a sentirse”.

En un discurso de más de 40 minutos que arrancó ayer pasadas las 11, el mandatario aprovechó su presencia ante la Asamblea Legislativa para defender un “camino de cambios con gradualismo”.

“Algunos nos critican por ir demasiado lento y otros por ir demasiado rápido. Los primeros piden un shock de ajuste, pero les digo que vinimos a luchar contra la pobreza y que ningún argentino 
pase hambre”, sentenció Macri en su discurso en la Cámara de Diputados.

Con vehemencia, y a los que piden “que nada cambie”, espetó que “si nada hubiese cambiado”, tras los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa, Cristina Fernández (2007-2015), Argentina estaría “como otro país hermano que está en una desintegración social”, en clara referencia a Venezuela. “Por eso elegimos el camino del cambio con gradualismo, en el que todos los argentinos estemos unidos por el esfuerzo”, aseveró Macri en su tercer mensaje ante la Asamblea Legislativa, que fue escuchado por legisladores nacionales, gobernadores y funcionarios.

Seguro de que la inflación, uno de los principales problemas del país, “está bajando” -cerró 2017 en un 24,8 por ciento-, apostó por que nunca más sea “un instrumento de la política” y reiteró que el país no puede “gastar más” de lo que tiene.

“Tenemos metas para bajar la inflación y reducir el déficit fiscal, y como las vamos a cumplir vamos a dejar de endeudarnos y se van a multiplicar las inversiones en un país confiable”, remarcó el

presidente, cuyo equipo económico es objeto de fuertes críticas por el alto nivel de deuda adquirido.

Al mismo tiempo que pidió evitar “diagnósticos apocalípticos”, Macri argumentó que la economía, el empleo y la inversión están creciendo.

Uno de los momentos más esperados fue cuando Macri -que es contrario al aborto- se refirió a la propuesta de abordar en el Congreso la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo,

para lo que pidió que “se escuchen todas las voces” en un debate “maduro” y “responsable”.

En cuanto a los enseñanza, afirmó que “la calidad en la educación es un compromiso que tenemos que asumir juntos, familias, docentes y toda la comunidad educativa. A lo que hay que temer es a que los chicos no terminen el colegio. No podemos hacer política con la educación de nuestros hijos. No podemos acordarnos de la educación sólo en el momento de las paritarias”.

Al apostar por diálogos “sin patoterismos ni extorsiones”, Macri afirmó que quiere “un estado moderno, al servicio de la gente y que obligue a los funcionarios a rendir cuentas. Un Estado que ordena sus cuentas. No podemos gastar más de lo que tenemos. En esto nos pusimos de acuerdo con los gobernadores para ordenar la relación entre Nación y provincias”.

Por otro lado, señaló que “la inflación del 2017 fue menor a la del 2016. La de este año va a ser aún menor, y la del año que viene, aún menor a la de 2018”. En cuanto al turismo, dijo que “se viene una revolución. ¿Qué significa todo esto? Significa trabajo de calidad”.

En cuanto a la seguridad, consideró que “las mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración”. Efe