Desde hace 44 años, el mayor símbolo del barrio, la Quinta Presidencial, está aislado: separado del resto de las manzanas por un muro de ladrillos a la vista de cerca de 2,5 metros de alto. Los vecinos van a correr alrededor, pasean al perro, pero es imposible ver qué pasa adentro. Aunque eso no continuará por mucho tiempo más. Hoy empezaron a tirar abajo la pared que limita con la vereda de avenida Maipú, entre Malaver y Villate. El presidente Mauricio Macri y el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, estuvieron en el arranque: ambos tiraron los primeros ladrillos junto a un grupo de obreros.
Son en total 280 metros que cambiarán por rejas para abrir un parque público de 14.500 metros cuadrados que contendrá un "Paseo de la República" con referencias históricas.
Ahora, desde Maipú solo se ve un tapiado de chapa que hicieron en el límite de la obra y la avenida. En el interior de la Quinta, ya avanzaron con los trabajos para parquizar el sector que destinarán a la plaza. Además, pusieron una reja que la separará del resto del predio. Toda la ejecución está coordinada por Nación y custodiada por la Casa Militar, la misma que se encarga de la seguridad del Presidente.
El espacio público se extenderá 50 metros hacia adentro del terreno, que desde 1918 funciona como residencia presidencial. Todo ese espacio estará enrejado. Así, se separará la plaza de la vereda de Maipú y del resto de la residencia. Se podrá ver hacia el interior de la Quinta, pero no se llegará a observar la propiedad donde vive Mauricio Macri junto a su familia. No por una cuestión estratégica, sino porque la misma forma del terreno, que tiene desniveles, no lo permite.
Planean inaugurarlo en octubre, pero todavía, indicaron desde la Secretaría General de Presidencia, no hay fecha confirmada. El acceso estará abierto durante el día. Inicialmente, sin necesidad de que los visitantes se registren o pasen por algún control específico.