“No es que el país padeció una catástrofe climática que dio como resultado estos niveles de pobreza, sino que tenemos que cuestionarnos qué ha pasado en un sistema económico próspero que nos dejó estas tasas de pobreza”, dijo monseñor Jorge Lozano, el futuro arzobispo de San Juan, al hacer un análisis de los índices que dio a conocer el Indec. En ese sentido, el titular de la Pastoral Social cuestionó que el país vivió años de crecimiento muy importante desde 2002 que concentraron riqueza en unos pocos, sin una distribución equitativa.
Lozano habló con DIARIO DE CUYO en la previa del I Coloquio Industrial, en el que fue uno de los panelistas (ver página 4). El arzobispo expresó que los índices de pobreza coinciden con los que ya venía manejando el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, la Pastoral Social y algunas consultoras, por lo que lamentó que “se hayan manipulado durante muchos años”. “A partir de ahora, hay que ver qué políticas públicas deben elaborarse para revertir esta situación. Yo no soy especialista en esto, pero sí podría decir que en algunos núcleos duros de pobreza no es suficiente más dinero”, dijo.
Y se explayó: “allí la gente tiene una postración de muchos años y de varias generaciones, con lo cual dando $2.000 ó $5.000 más por mes no se resuelve la situación. Esto porque hace falta una tarea educativa, cultural, de acompañamiento en la salud, en la preparación de los alimentos, en definitiva, en situaciones que están vinculadas a lo económico pero que van más allá del dinero”.
Al respecto, expresó que hay argentinos que no saben leer ni escribir, ni organizar una alimentación balanceada durante una semana, pero no por no contar con dinero sino por falta de instrucción. “Por eso al análisis de la pobreza hay que completarlo observando también a la riqueza. Hay que tener en cuenta que el país, desde el 2002-2003 y durante más de 10 años ha crecido a tasas muy importantes y ha generado riqueza, una riqueza que se ha concentrado en pocas manos y que no se ha distribuido equitativamente, generando puestos de trabajo o creando condiciones de vida más dignas para todos los argentinos. Cuando Macri habla de la importancia del blanqueo de capitales y de 200 mil millones de dólares fuera del país, yo veo que eso es riqueza que no se ha distribuido sino que se ha concentrado”, expresó.
Y luego, fue un poco más allá al no hablar de cifras, sino de realidades. “Cada uno de los índices impactan, pero hay pobreza que duele más, como la de los niños y su pérdida de oportunidades. La pobreza más cruenta tiene que ver con irse a la cama con hambre, con dormir 4 ó 5 en una cama, con no tener un baño en condiciones o no tener una escuela cerca”, resumió.
