Por tierra, agua y aire, los vehículos autónomos con inteligencia artificial o guiados en forma remota se abren camino en donde es difícil y peligroso llegar, y constituyen una tecnología de desarrollo creciente en el país tanto por el sector privado como por el sector público de la mano de universidades y del Ministerio de Defensa que cuenta con un programa para impulsarla con objetivos específicos como investigación y rescate.

Muy lejos del territorio verde típico de su Entre Ríos natal, el vehículo de exploración Skua se desplaza en suelo antártico donde el paisaje tiene pocas diferencias y la orientación es compleja. Con cámaras térmicas y ópticas de largo alcance y de cercanía de 360° para la navegación, sensores de calidad del aire, temperatura y derrames, el sistema no tripulado puede transmitir toda la información a antenas a más de 30 km, dar apoyo científico y de búsqueda y rescate.

"Tiene múltiples usos como facilitar el conteo de colonias de pingüinos, los investigadores podrán operar el vehículo a distancia a través de las cámaras y dejar todo grabado. A través de inteligencia artificial le estamos enseñando cuáles son las siete especies de pingüinos que tenemos", indica a Télam Confiar Sebastián Mirich, CEO de American Robotics, la empresa argentina encargada del desarrollo del equipo.

El naval 160. Lo compró la Armada para tareas de búsqueda y rescate, vigilancia y monitoreo ambiental. Cuesta U$S 1.770.000.

 

Una de sus adquisiciones nuevas es la incorporación de un georradar destinado a detectar grietas en el suelo para poder convertirse en vehículo guía de otros tripulados, y evitar así incidentes con peligro de muerte; la empresa desarrolla el trabajo junto con la Dirección General de Investigación del Ejército Argentino y el Comando Conjunto Antártico.

En efecto, Skua surgió como un producto con fines industriales y luego fue rediseñado ante la necesidad de contar con un sistema terrestre no tripulado con un sistema electrónico capaz de resistir las condiciones climáticas del continente blanco. Aparte, los ingenieros y diseñadores industriales de la empresa están desarrollando un segundo vehículo llamado Mula, de mayor tamaño y con otras funciones, en especial de carga.

Además de brindar funciones específicas de vigilancia y control de espacios de jurisdicción nacional, reconocimiento y transporte de carga útiles, otro de los propósitos "es permitir el desarrollo y dominio nacional de ciertas tecnologías transversales y contribuir de esta manera a incrementar la soberanía nacional", expresa el director de Normalización, Certificación y Nuevos Productos del Ministerio de Defensa, Federico Di Venanzio.

Para ello Defensa empezó a elaborar un mapa de más de 4.000 proveedores del Ministerio, de los cuales 1.000 son de base industrial. Un número interesante del cual partir y poder programar un crecimiento de un sector a ser considerado dentro de la matriz productiva.

Por su parte, el director del Instituto de Desarrollo Costero (IDC) de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Javier Tolosano, explica que decidieron utilizar un Vehículo Remotamente Operado (ROV) de la empresa Pancora Robótica Submarina ante la necesidad de elaborar mapas de sensibilidad ambiental de áreas subacuáticas que requieren un mayor cuidado de conservación y medidas de mitigación rápida en caso de un derrame.

Con el ROV, los investigadores pueden relevar profundidades a las que los buzos no pueden llegar o permanecer por mucho tiempo a causa de los efectos de la presión en el organismo.

Listo para ayudar. Este robot tipo tanque de guerra es usado por el Ejército Argentino en misiones de  reconocimiento y rescate.

 

El relevamiento que realiza el IDC incluye además el análisis de recursos marinos, costeros, sitios arqueológicos y turísticos y forma parte de un convenio con la empresa Terminales Marítimas Patagónicas, Termap, encargada del transporte de hidrocarburos. Por otro lado, el equipo también se usará para realizar el monitoreo y la línea de base ambientales para un futuro proyecto de dragado a partir de un convenio con la Administración Portuaria de Comodoro Rivadavia: el ROV relevará los organismos bentónicos presentes en una zona de más de 50 metros de profundidad.

Dentro de esta familia se encuentran los ROV que son operados en forma remota por medio de un cable, como el que utiliza el IDC, y aquellos que cuentan con inteligencia artificial y sensores para tomar decisiones con lógica, detalla el ingeniero nuclear Pedro Mariano Nowakowski, uno de los creadores de Pancora Robótica Submarina, la empresa con sede en Bariloche.

"Estamos trabajando una línea que va hasta 100 metros de profundidad y otra hasta los 300", menciona Nowakowski y añade que, a mayor profundidad, el desafío tecnológico para mantener la comunicación es más grande.

Entre las distintas funciones que pueden tener estos vehículos subacuáticos, el ingeniero agrega el uso en la industria acuícola para el control de las jaulas y estudios de impacto ambiental del alimento que queda como resto en el lecho marino o lacustre que puede generar desequilibrios en el medio, al igual que el uso de antibióticos. Finalmente, también se pueden utilizar para inspección de cascos de barcos y otras estructuras, e incluso con la tecnología adecuada, el control de la pesca ilegal.