Una eventual reforma constitucional quedó virtualmente clausurada, al menos por un año, después del compromiso escrito de 107 diputados y 28 senadores opositores que rechazaron posibles cambios de la Carta Magna con reelección para 2015. La Constitución de 1853 dice que sólo es posible modificarla si dos tercios de cada de una de las cámaras votan positivamente por la reforma: 172 en Diputados y 48 en el Senado.
Los opositores mostraron que reúnen 107 y 28 diputados y senadores, lo que significa que tienen más de un tercio. Esto hace imposible que el oficialismo junte los dos que les hace falta. El golpe sería mortal para el oficialismo, salvo por una sola circunstancia que podría hacer variar todos los cálculos: en octubre de 2013 se debe renovar la mitad de diputados y un tercio de los senadores. Por lo que los números actuales podrían variar sustancialmente. O no.
En el caso particular del Senado, las elecciones en ocho distritos obligarán a la selección de 24 legisladores: 17 kirchneristas y aliados y 7 opositores, a razón de dos bancas para el partido más votado y uno para el segundo. Para llegar al tercio que impida la reforma, los opositores deben obtener el acceso a las bancas de al menos cuatro de los siete legisladores que ponen en juego, de modo de garantizar el manejo de 25 y cerrar con eso el proceso.
De los ocho distritos que recambian representantes, cuatro están gobernador por kirchneristas (Chaco, Entre Ríos, Salta y Río Negro), dos por aliados al oficialismo (Neuquén y Santiago del Estero), uno por un opositor (Ciudad de Buenos Aires) y un octavo por una dirigente lejana a todo, como su propia provincia (Tierra del Fuego).
La jurisdicción que genera más expectativa es la Capital Federal, gobernada por un opositor con ansias de pasarse a la Casa Rosada. En 2007, Mauricio Macri, el accedió a la jefatura de gobierno porteño, pero su ausencia en las listas nacionales no pudo impedir que fueran elegidos dos senadores del ARI y uno del kirchnerismo.
Desde entonces, el panorama varió sustancialmente: el partido de Carrió desapareció como alternativa y el Frente para la Victoria tuvo un gran avance por la presencia de Cristina como candidata a la reelección den 2011. Con todo cabe anotar que el PRO de Macri buscará anotar sus primeras bancas en la cámara alta (sea por dos o por uno), así como la incipiente alianza, siempre que se concrete, de Frente Amplio, UCR y Coalición Cívica.
El kircherismo, que pone en juego el asiento de Daniel Filmus y el de su aliado Samuel Cabanchik deberá esforzarse por encontrar figuras atractivas. En Chaco y Entre Ríos, gobernados por los kirchneristas Jorge Capitanich y Sergio Urribarri, puede repetirse el actual esquema de dos senadores para el oficialismo y uno para la UCR. En Río Negro, podrían acceder dos dirigentes kirchneristas (como en la actualidad) y un tercer que provendría de la UCR. ¿Este radical vendría con mandato de votar en contra de la reforma? Es un misterio.
La cuarta provincia K, Salta, puede registrar un vuelco político. Dos senadores actuales (Juan Carlos Romero y Sonia Escudero) y el tercero, el renovador Agustín Pérez Alsina, están enfrentados al gobernador Juan Urtubey, quien habría expresado su deseo que su hermano Rodolfo encabece la lista de senadores y los justicialistas disidentes aseguran que buscarán la reelección.
En Neuquén, gobernada por el aliado Jorge Sapag puede repetirse el esquema actual de dos senadores para el Frente para la Victoria y el tercero para el Movimiento Popular Neuquino. Esto aseguraría tres votos verdes para la reforma constitucional, si llega al recinto.
En Santiago del Estero, territorio del exradical K Gerardo Zamora, mimado de la Casa de la Rosada, se van dos peronistas y un radical y podrían volver dos kirchneristas y un tercero que podría salir de las huestes del acuerdo del radical José Zavalía y el intendente K de La Banda, Héctor Ruiz.
De Tierra del Fuego se retiran dos aliados oficialistas, integrantes del bloque Nuevo Encuentro, que rompieron con el acuerdo que los mantuvo unidos a la gobernadora Fabiana Ríos y un miembro de la bancada oficial. Aplicando una cierta lógica podría deducirse que al menos uno de los futuros senadores será kirchnerista y de los otros dos, no se sabe qué posición asumirán ante la re-re.

