El presidente Mauricio Macri anunció ayer un plan de reconversión de las Fuerzas Armadas que en su nuevo rol tendrán bajo su órbita la custodia de "objetivos estratégicos" para el país, entre los que sobresalen cuestiones de seguridad interior como el apoyo logístico en zonas de frontera para combatir el narcotráfico, el terrorismo y la trata de personas. El Poder Ejecutivo tendrá la facultad de distinguir cuáles serán esos puntos de interés para la defensa nacional, que podrían incluir activos valiosos para el desarrollo como, por ejemplo, reservas de recursos naturales en el Atlántico Sur, las centrales termoeléctricas, represas y edificios del Estado de carácter sensible.
En su nuevo rol, las FFAA también deberán resguardar el ciberespacio y garantizar la seguridad de los activos informáticos de la Nación.
Así, los militares realizarán tareas de seguridad de los radares de la Fuerza Aérea para captar vuelos ilegales y además, realizarán tareas de transporte de tropas y logística en helicópteros.
Con este plan, el Gobierno también tendrá luz verde para movilizar efectivos del Ejército y la Armada a la frontera norte para dar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico donde Gendarmería no da abasto. Además, este cambio profundo de la política militar de la Argentina que avaló Macri supone que, desde ahora, las fuerzas armadas podrán ser utilizadas en forma "disuasiva o efectiva" ante agresiones externas de cualquier tipo, no sólo provenientes de un Estado sino también ante cualquier peligro que amenace la soberanía e independencia política de la Argentina.
Así se impulsará, entre otros cambios, una "reestructuración operativa" de la Policía Federal, la Gendarmería, la Policía de Seguridad Aeronáutica y la Prefectura para sacar más efectivos de las oficinas y ponerlos en las calles de la Capital, el Gran Buenos Aires y otros populosos centros urbanos del país.
La desarticulación de redes delictivas vinculadas al narcotráfico, la piratería, la trata de personas y el contrabando, entre otras actividades ilegales, configura un desafío prioritario de las estrategias de seguridad de la región".
Este punto es el eje sustancial por el cual el Gobierno para avanzar en la reforma derogó el Decreto 727 de 2006 de Néstor Kirchner que limitaba el accionar de las Fuerzas Armadas ante ataques de Estados extranjeros. En la nueva visión del Gobierno se determinó que las amenazas pueden venir ahora tanto de grupos de narcotraficantes como del terrorismo mundial.
En la frontera norte
En agosto el presidente Mauricio Macri enviará 500 efectivos de las Fuerzas Armadas a zonas vulnerables de Salta, Formosa y Misiones y en un año sumarán unos 5000. "La idea es blindar la frontera norte para frenar el avance del narcotráfico", según fuentes oficiales. También se reforzará el conurbano bonaerense.
En cuanto al apoyo al sistema de Seguridad Interior se hará en el marco de "la creciente complejidad de las problemáticas de seguridad trasnacional como narcotráfico, terrorismo, trata de personas y otros delitos complejos". Para esto se pondrá en marcha un apoyo logístico a las fuerzas de seguridad en las fronteras, el "fortalecimiento de las capacidades de vigilancia y control fronterizo en los ámbitos terrestre, marítimo, fluvial y aéreo". También está previsto "el desarrollo de elementos terrestres, navales y aeroespaciales de carácter modular e integrado para la conformación de Fuerzas de Intervención Rápida".
Esta unidad de despliegue rápido para todo el país estará conformada por unos 10.000 uniformados.
En cuanto al apoyo a la política exterior, las Fuerzas Armadas se abocarán a profundizar la participación en operaciones de paz de la ONU, el incremento de la participación en los organismos multilaterales en materia de defensa en el marco de la OEA y los ejercicios militares combinados con fuerzas de países aliados y amigos.
A partir de la reforma, los militares actuarán en la resolución de conflictos externos en toda su gama, desde la crisis hasta la guerra o el conflicto armado internacional que ponga en riesgo la soberanía, la integridad territorial o la independencia política del país.
¿Un as para frenar la protesta social?
En Argentina la función de las Fuerzas Armadas se limita a repeler ataques militares de un Estado extranjero. Fueron apartadas de la seguridad interior después de la dictadura que encabezaron entre 1976 y 1983, en la que se denunciaron 30.000 desaparecidos y por la que más de 2.000 militares han sido acusados de crímenes de lesa humanidad. Después, sucesivos gobiernos las desfinanciaron cada vez más. Mauricio Macri ha anunciado un golpe de timón que prevé modernizar las Fuerzas Armadas para que puedan enfrentarse a "los desafíos del siglo XXI", como el narcotráfico y el terrorismo. La oposición y organismos de derechos humanos critican la decisión.
Temen que los militares sean usados para frenar las protestas sociales, es decir, impedir los piquetes o cortes de rutas. Hasta ahora sólo Gendarmería, Policía Federal y la Policía Bonaerense y de la Ciudad son usadas para custodiar la seguridad en dichas protestas. Así, por ejemplo, podría poner fin a las protestas mapuches en Vaca Muerta. Las FFAA argentinas tienen hoy unos 40.000 integrantes, menos de la mitad que cuando entregaron el poder en 1983.