Con poco margen político para hacerse el distraído frente a la crisis que acorrala a la Argentina, los gobernadores peronistas se jugarán todas sus fichas por estas horas y en los próximos días, a reducir el impacto que sobre las arcas provinciales que quedará plasmado en el Presupuesto 2019.
La mayoría estará en la foto junto al presidente Mauricio Macri para dar señales de gobernabilidad frente a crítica situación económica, pero antes se reunirán para seguir analizando el proyecto que el ejecutivo enviará al Congreso. Saben del ajuste, pero temen que en la letra chica sea mayor. Por eso, pretenden seguir negociando una vez que su borrador incluso después que ingrese al Congreso para su aprobación.
Por lo pronto, se sabe que el martes antes de juntarse con Macri se reunirán en el sede del CFI a las 10 de la mañana donde conformarán una mesa de trabajo junto a los ministros de economía provinciales.
Los mandatarios le recriminarán al Presidente que muchos de los recortes que sufrirán sus territorios los desconcertaron. " Hay medidas que son siempre inconsultas con los gobernadores y que son hechas de manera sorpresiva por los medios de comunicación, anunciadas por el Presidente o alguno de sus funcionarios, o directamente nos enteramos cuando son publicadas en el Boletín oficial", sostuvo la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone. Y advirtió: "No le va a ser tan fácil al gobierno nacional, como este entiende, que se va a votar a libro cerrado".
Esta mandataria provincial forma parte del grupo de dirigentes que se volvieron más duros en la negociación de las últimas semanas, encabezados por los gobernadores Juan Manzur (Tucumán), Gildo Insfrán (Formosa) y Carlos Verna (La Pampa).
Del lado de los dialoguistas que lideran Juan Schiaretti (Córdoba) y Juan Manuel Urtubey (Salta) también hay quejas. "Desde el gobierno nacional hay mucha imprevisión y cambio de reglas", admitió Urtubey. "Nos mostraron cuáles podrían ser algunas de las alternativas del recorte sin darnos tiempo a evaluar su impacto en los territorios, lo recortaron, eso no califica acuerdo", son los reproches que llegan desde el interior.
Como gesto para avanzar en el acuerdo, el viernes el Gobierno anunció que suspendió la decisión de traspasarles a las provincias la responsabilidad de financiar la tarifa social para el servicio eléctrico.
Además, los gobernadores que venían reclamando aumentar la recaudación para balancear las cuentas ante los recortes, en las últimas horas consiguieron que la rebaja prevista del impuesto a los Sellos y Bienes Personales queda suspendida hasta 2020.
Los ministros de Economía de las provincias y gobernadores dejaron otros planteos sobre la mesa de discusión: postergar la rebaja a los impuestos de ganancias en balances, aumentar Bienes Personales a todos los que tienen más de 5 millones de dólares, y aplicarles un impuesto a los bienes que posean los ciudadanos argentinos en el exterior.
La foto del martes no significará que los mandatarios provinciales dejen de discutir estas cosas en la Cámara de Diputados, adonde ingresará el proyecto la próxima semana. Sin embargo, tanto los gobernadores más duros como los dialoguistas admiten que acompañarían el presupuesto que pretende reducir el déficit con ajuste.
En el debate parlamentario, se sumarán a la discusión dos sectores más duros: el kirchnerismo y el Frente Renovador liderado por Sergio Massa.
Tras un cierre de semana más tranquilo, después de días muy agitados para el gobierno, el equipo económico liderado por el ministro Nicolás Dujovne buscará en Washington que el Fondo Monetario adelante unos cinco desembolsos de los que estaban previstos por trimestres, que llegaría a una cifra aproximada de 15.000 millones de dólares. De cumplirse ese objetivo con la aprobación del directorio del Fondo, Hacienda y el Banco Central van a tener mayor margen de maniobra en el mercado cambiario, y a la vez, podrán mostrar "el cash" para hacer frente a los vencimientos del próximo año. La idea sería que el anticipo de los fondos llegue una vez firmado el nuevo convenio. Esto podría ocurrir de aquí a dos tres semanas, de acuerdo con los tiempos burocráticos del ente multilateral.