El gobernador de Mendoza y presidente de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, vive en su provincia un cisma con el conservador Partido Demócrata, uno de sus aliados, aquejado por la poca participación que tiene en su gobierno.

El planteo de la dirigencia del PD es similar a la que los radicales le hacen al PRO del presidente Mauricio Macri: “Estamos marginados de las decisiones y los cargos”, dicen. Los demócratas, que hasta una década ocuparon segundos y terceros puestos en elecciones, deben conformarse ahora con un sexto lugar en las listas que les ofrece Cornejo en su armado de Cambia Mendoza, la coalición gobernante en la provincia del vino.

Cansados de quedar marginados en las decisiones de gobierno y en los puestos, el presidente del PD, Marcos Niven, anunció que rompía con Cornejo y que iban a presentarse con candidatos propios en los cuatro municipios que desdoblan sus elecciones: San Martín, San Rafael, Lavalle y Tunuyán.
Este miércoles, una parte pequeña del PD, la que integran los pocos dirigentes que sí participan de la gestión de Cornejo, han decidido renunciar al tradicional partido y anunciaron la conformación del Distrito Mendoza del Partido Demócrata Progresista (PDP), integrante de Cambiemos. Los cortocircuitos entre los dirigentes “gansos”, como se llama en la jerga política a los demócratas, viene desde 2015 y se materializó con la oposición a algunas leyes que pretendía aprobar Cornejo.