El 55,6% de los argentinos con hepatitis C tardaron más de una década en ser diagnosticados, y el 17,2% entre 5 y 10 años porque la mayoría desconocía cuándo o cómo contrajeron el virus. Sin embargo, pese a estos datos, la cobertura universal que está disponible en el país logró disminuir la aparición de nuevos casos hasta en un 25%, según los datos obtenidos en la encuesta "Hepatitis C: El camino a la cura", realizada en el marco del Día Mundial de las Hepatitis que se conmemora cada 28 de julio.
Pero lo más importante es que hoy es el "mejor momento" para curar la hepatitis C porque desde 2015 existen drogas antivirales altamente efectivas (que curan a más del 95% de los casos).
"Son tratamientos muy seguros, no invasivos y sin efectos adversos. Se trata de pastillas que se toman durante 8 a 12 semanas y que erradican completamente el virus", asegura, Ezequiel Mauro, director del Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud.
A estos nuevos tratamientos se suma al hecho de que, desde el año pasado, se garantiza la cobertura universal a cualquier paciente con hepatitis, que tenga una carga viral positiva.
"Tiene que recibir su tratamiento antiviral" dijo Mauro, y agregó que "las obras sociales, los privados y el Estado estamos obligados a brindar atención integral al paciente y acceder a ese tratamiento que lo va a llevar a la cura", resaltó.
La encuesta realizada por el Ministerio de Salud y la Asociación Civil Buena Vida también detectó que el 28,2% de los encuestados demoró más de un año entre el diagnóstico y el acceso a la medicación, porque "no le dolía nada", el 17,3% no sabía que la hepatitis C tuviera cura, el 21% creía erróneamente que el tratamiento generaba muchos efectos adversos y el 8% asumió que iba a tener que pagar por las drogas y que serían caras.
"En Argentina, el devenir de estos nuevos tratamientos permitió disminuir la aparición de nuevos casos de hepatitis C en un 25%, el porcentaje de trasplante por hepatitis C en un 60% y la mortalidad por esta entidad en un 29%", agregó Mauro.
En esta misma línea, Rubén Cantelmi, presidente de la Asociación Buena Vida y paciente curado hace ocho años luego de haber convivido con la enfermedad 35 años, consideró que, ante este cuadro de nuevos tratamientos y cobertura médica, "es el mejor momento histórico en la Argentina para detectar, tratar y curar la enfermedad".
Según los datos obtenidos en la encuesta, esta enfermedad afecta a cerca de 200.000 argentinos, de los cuales se considera que 5 de cada 10 no lo sabe, lo que promueve que sólo una minoría logre su cura. La hepatitis es una inflamación del hígado causada comúnmente por una infección por alguno de los cinco virus principales, denominados como tipos A, B, C, D y E y raramente produce síntomas.
El análisis de sangre para detectar esta enfermedad es sencillo y económico, pero muchas veces no se solicita entre los estudios de rutina como el nivel de colesterol o de glucemia. Cuando uno va a hacerse un chequeo, hay que pedírselo al médico al menos una vez en la vida para evitar complicaciones a futuro.
Según el Ministerio de Salud, la hepatitis C se transmite a través de la sangre al compartir agujas, jeringas, canutos o elementos cortopunzantes con personas infectadas; al hacerse un tatuaje o piercing con material no descartable o indebidamente esterilizado, o al tener relaciones sexuales sin preservativo u otro método de barrera.
Son pastillas que se toman durante 8 a 12 semanas y que erradican por completo al virus. Es de cobertura universal.
- Cómo se enteraron
La encuesta indicó que en el 36% de los casos el diagnóstico fue accidental y en un control de rutina, el 26% tras una consulta médica por síntomas distintos a la hepatitis, el 20,2% al intentar donar sangre y el 6,5% participando de campañas. Otros se enteraron en estudios prequirúrgicos, preocupacionales o prenupciales.