�El 26 de abril son las elecciones primarias en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con 2 millones y medio de electores, representa alrededor del 8% del padrón nacional, ubicándose entre los cuatro distritos más grandes del país, por detrás de provincia de Buenos Aires (37%) y a la par de Córdoba y Santa Fe. Esto la convierte en un distrito importante por su tamaño, pero debemos sumar varios elementos que vuelven esa elección más atractiva aún.
¿Por qué es importante?
A- Es la vidriera nacional, en la que se sitúan las sedes centrales de los tres poderes del Estado y la mayoría de los medios de comunicación de alcance nacional. Lo que allí sucede siempre se amplifica más allá de sus límites, incidiendo en el escenario nacional. Como dice el viejo dicho “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, refiriendo al centralismo histórico de Argentina. La Ciudad de Buenos Aires importa porque muchas decisiones se toman en ella, y porque nuestros ojos la miran de manera permanente.
B- Es gobernada por Mauricio Macri, uno de los precandidatos firmes a la presidencia de la Nación, por lo que adquiere una significación mayor, que repercutirá en el devenir de la carrera presidencial. Un buen resultado potenciaría al Jefe de Gobierno en su candidatura nacional, pero también se vería afectado por una derrota.
¿Qué pasará en la Ciudad de Buenos Aires?
Pocos dudan hoy de que en CABA los candidatos del PRO serán los más votados en las PASO, ya que las diferencias con el resto de las agrupaciones es hoy importante.
Pero el PRO tendrá internas entre la Senadora Gabriela Michetti y el Jefe de Gabinete de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta.
Perfil de los candidatos
Gabriela Michetti es la candidata carismática, con llegada a la gente con capacidad de generar empatía. Con poco consenso interno, tiene dificultades para armar equipos y su penetración territorial es baja.
En cambio, Rodríguez Larreta aparece como una figura más lejana, con poco carisma, pero con amplio consenso interno dentro del PRO y con un manejo territorial importante. Debe recordarse que la ciudad está dividida en 15 comunas, y que los “comuneros” reportan a Larreta.
En resumen:
Candidata 1- Michetti: Carismática, empática, con bajo consenso interno y débil inserción territorial.
Candidato 2 – Larreta: Poco carismático, baja empatía, con fuerte apoyo del partido y alta inserción territorial.
Esta caracterización transforma esa interna en muy interesante, ya que esas características de candidatos puede trasladarse a casi cualquier zona del país, y servir para analizar los comicios en otros distritos.
Éste es mi pollo
Macri se definió bien temprano por Larreta, y Michetti decidió enfrentarlo a pesar de que el jefe de Gobierno Porteño la quería como compañera de fórmula nacional o compitiendo en Provincia de Buenos Aires. Gabriela no se cuadró, y la interna quedó planteada. De este modo, aunque la victoria del PRO parece cantada, no se sabe si será el pollo de Macri, o la mujer que decidió enfrentarlo, contrariando los pedidos del propio Mauricio. Esto pone al jefe de Gobierno porteño ante un desafío, ya que una victoria de Michetti sería vista como un signo de debilidad del líder en su propia fuerza, pero también potenciaría su candidatura si gana el candidato bendecido por él.
Endorsement y efecto arrastre
El “endorsement político” es la acción de declarar públicamente el apoyo a un determinado candidato, a fin de fortalecerlo de cara a los comicios. Éste es un fenómeno que no se reduce al apoyo de líderes políticos, sino también de figuras del espectáculo, la cultura y el deporte entre otros. Como en esta columna referimos al apoyo de Macri a Larreta, circunscribimos el análisis a ese tipo de casos, importante en las campañas políticas. Cabe aclarar además que en nuestra provincia muchas veces se ha referido erróneamente a este fenómeno como “efecto arrastre”, al que dedicaremos otra columna más adelante.
La contundente expresión pública de Macri a favor de la candidatura de Larreta, se basa en la teoría del endorsement según la cual, al conocer la posición del líder de un espacio político, los electores modificarán su apoyo inicial y volcarán su voto a favor del candidato bendecido.
Condiciones para que el apoyo de un líder funcione:
1- La figura que expresa el apoyo debe ser sumamente popular y ser capaz de influir sobre una proporción importante de los electores.
2- Quien recibe el apoyo debe tener para el electorado, atributos personales compatibles y representar valores coherentes con los del líder que lo apoya.
3- Los ciudadanos deben sentir que en esa circunstancia particular es relevante seguir el consejo y apoyar al “candidato de”
Este último punto lleva a que en Argentina el apoyo del líder funcione mejor en elecciones ejecutivas que legislativas, por la relevancia que los electores le dan a ese tipo de comicios.
Al mismo tiempo, el endorsement no solo tiene efectos positivos, porque:
Sirve como referencia para el electorado opositor, para saber a quién no votar.
El candidato bendecido queda en el margen de la escena, y debe redoblar sus esfuerzos para no ser considerado una figura secundaria y débil, comparado con los que van solos.
Estos son los pro y los contra de que un líder diga “éste es mi pollo”, que deben ser evaluados en cada situación de campaña.
Será interesante analizar qué sucede en las primarias del PRO en Ciudad de Buenos Aires, tanto como ver qué posición toma Cristina Fernández en la Interna del FpV y cada uno de los líderes provinciales en las PASO que se vienen.
