“La pelota está del lado del Gobierno”, señalaba este jueves por la tarde un diputado opositor dispuesto a acompañar la mayor parte de la Ley Ómnibus, pero no todo el paquete. Aun sin certeza de cuándo podría ser votado el proyecto –algunos pronostican de madrugada -, siguen las reuniones y las negociaciones en la Cámara Baja.
La última novedad es que el Gobierno acercó un nuevo borrador con cambios en el capítulo de privatizaciones, uno de los puntos que más tensión generaba con la oposición dialoguista. Así, la lista de empresas estatales suceptibles a privatizarse bajó de 36 a 28 y hay tres empresas -Banco Nación, Nucleoeléctrica Argentina y ARSAT- que solo podrán ser privatizadas a medias.
Además, para transparentar el eventual proceso de venta de estas empresas, el Ejecutivo deberá informar previamente a una Comisión Bicameral
Los bloques dialoguistas de la UCR y Hacemos Coalición Federal (Pichetto) están analizando la propuesta que permitiría detrabar la negociación de la ley en particular.
El clima, tanto adentro como afuera del Congreso está caldeado. Mientras crece la tensión entre manifestantes y la policía, el kirchnerismo y la izquierda presionan por un cuarto intermedio hasta que la situación se tranquilice.
Por otra parte, tras la detención de una militante radical y las amenazas contra una diputada, el capítulo de Seguridad también corre riesgo de ser rechazado.
Luego del cuarto intermedio que se resolvió el viernes por la noche, la sesión se reactivó pasado el mediodía de este jueves, cuando aún estaban anotados más de 140 oradores. Antes, los principales referentes del PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal se reunieron con Martín Menem.
Cerca de las 18, llegaron a la Cámara Baja Karina Milei, que se encontraba reunida con Menem, junto al vocero presidencial Manuel Adorni. También caminaba los pasillos el Secretario de Relaciones Parlamentarias, Omar de Marchi.
Pese a las negociaciones, a la mitad de la segunda jornada de debate en el recinto de Diputados, el Ejecutivo –aunque tendría garantizada la aprobación en “general”- no solo no tendría asegurados los votos para aprobar en particular las privatizaciones, sino tampoco la delegación de facultades sin cambios, ni la reforma en Cultural.
Tampoco, a priori, el capítulo de Seguridad, que incluye modificaciones en los criterios de legítima defensa y resistencia a la autoridad, que el radicalismo, tras los episodios en las calles frente al Congreso y la reciente detención de una militante, tenía todavía menos intenciones de acompañar que 24 horas antes.
Fuente: TN