El empresario kirchnerista Lázaro Báez, detenido desde hace más de un año en una causa en la que está acusado por ‘lavado de dinero‘, fue llevado hoy a declarar a Tribunales, donde presentó ante el juez federal Sebastián Casanello un escrito en el que pidió la nulidad de la indagatoria y se negó a responder preguntas.
Báez fue trasladado este martes por la mañana a Comodoro Py 2002 por el Grupo Especial de Intervención (GEI) del Servicio Penitenciario Federal (SPF) para declarar por el supuesto lavado de unos 60 millones de dólares entre 2010 y 2013. El detenido optó por no responder preguntas del juez y se limitó a las aclaraciones que formuló en el escrito, en el que rechazó haber lavado esos 60 millones de dólares.
Báez, quien está preso desde abril de 2016, consideró que el nuevo llamado a indagatoria es ‘nulo‘ porque se viola la garantía de defensa en juicio y del debido proceso. El empresario, en compañía de su abogado, Maximiliano Rusconi, consideró que ‘no se precisó la prueba en su contra ni tampoco se indicó de qué se lo acusa‘, dijeron fuentes judiciales. En el mismo escrito, el empresario pidió el apartamiento de la causa de la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado que depende del Ministerio de Justicia.
En ese contexto, advirtió que la UIF aportó información sobre la base de ‘reportes de inteligencia‘, que no pueden ser utilizados como prueba en una causa penal. El documento atacó también la validez de información proveniente de la Justicia de Suiza sobre supuestas cuentas bancarias de los hijos de Báez.
La declaración de Báez fue la última de una ronda de 27 imputados, entre ellos los hijos del empresario y otros directivos y allegados, todos relacionados con el grupo que encabezaba la firma Austral Construcciones. Entre los que declararon estuvieron también el contador Daniel Pérez Gadín y los financistas Federico Elaskar y Leonardo Fariña.
Por otra parte, Lázaro Báez está procesado en la causa ‘Los Sauces‘ -donde existen cargos de ‘asociación ilícita‘, ‘lavado de activos‘ y ‘negociaciones incompatibles‘-, junto a su colega Cristóbal López y la ex presidenta Cristina Fernández y sus hijos Máximo y Florencia Kirchner, entre otros.