El ministro de Defensa, Oscar Aguad, le pidió anoche el pase a retiro al jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, y así puso paños fríos a la inédita crisis de la fuerza relacionada con la pelea interna que abrió el sumario por la tragedia del submarino ARA San Juan, desaparecido hace un mes.
Así lo confirmaron a Clarín fuentes del Gobierno. Aguad, de esta forma, quiere garantizar la máxima transparencia del sumario interno que puso en marcha en los últimos días. Así, mientras se sustancie el sumario para ver las causas del accidente del San Juan, un jefe provisorio comandará la marina de guerra. Según fuentes militares, Aguad evitó una virtual ruptura de la Armada entre la actual cúpula y la camada de contralmirantes que deberá sucederla el año próximo.
Mientras tanto, sigue suspendido en forma provisoria el comandante de Adiestramiento y Alistamiento Naval, contraalmirante Luis López Mazzeo, quien tiene base en Puerto Belgrano. Antes de esta crisis, López Mazzeo era quien mejor había salido considerado por la Junta Superior de Calificaciones de la Armada entre los candidatos a suceder a Srur.
Aguad también había firmado la resolución que crea la junta de accidentes, que está integrada por tres ex comandantes del submarino ARA San Juan. Entre ellos, están el contralmirante (RE) Adolfo Gustavo Trama, y contraalmirante (RE) y capitán de navío (RE) Jorge Bergallo,padre del segundo comandante de la nave desaparecida Jorge Ignacio Bergallo, uno de los 44 tripulantes del submarino desaparecido. La junta empezará a trabajar la semana próxima.
Según la decisión de Aguad, la junta será independiente de la Armada y tendrá presupuesto propio. Con este dinero tendrá la posibilidad de contratar, si así lo decide, especialistas extranjeros para “garantizar la máxima transparencia” a la investigación. Esta junta asesorará al jefe de Asuntos Legales del Ministerio de Defensa que quedará a cargo del sumario, Juan Manuel Mocoroa.
Actualmente, el sumario lo instruye el propio Srur, pero en los próximos días pasará a Mocoroa, un hombre de confianza de Aguad. La jueza de Caleta Olivia, Marta Yáñez, espera el resultado del sumario para direccionar la investigación penal del accidente.
Internas en la Armada
La tardanza en informar de la pérdida de comunicaciones con el submarino implicó a varias líneas de oficiales, en la medida que Srur debería haber informado más rápido sobre lo que estaba ocurriendo con el ARA San Juan al ministro de Defensa, que estaba en Canadá en una misión oficial.
La suspensión de López Mazzeo durará mientras esté abierto el sumario, pero por la crisis que se abrió seguramente terminará con el pase a retiro del marino. En solidaridad con López Mazzeo, “pidieron el pase a retiro los comandantes de la Aviación Naval, contralmirante Gustavo Vignale; de la Infantería de Marina, contraalmirante Bernardo Noziglia y de la Flota, contraalmirante Rafael Pietro; además del Jefe de Mantenimiento”, según fuentes militares consultadas por Clarín.
Estos comandantes consideraron “injusto” que López Mazzeo tenga que hacerse responsable por la crisis del San Juan. La suspensión de López Mazzeo había ocurrido el viernes pasado. Para poner paños fríos, Aguad no permitió que los pedidos de pase a retiro llegaran a su oficina a fin de ganar tiempo en la recomposición de la línea de mando de la fuerza.
El pedido de pase a retiro de cuatro contraalmirantes en solidaridad con López Mazzeo es una medida inédita en la historia naval. En una estructura tan rígida donde un reclamo hecho por dos militares a la vez se lo puede considerar un motín. La decisión de Srur había dejado a la Armada sin los tres jefes operativos más importantes, quienes seguramente, por una cuestión de calificaciones y promociones, iban a constituir la nueva cúpula naval.
Esos tres hombres eran fundamentales frente a los cambios que planea el Gobierno, tras la enorme repercusión que tuvo la tragedia del San Juan, que dejó al desnudo la falta de presupuesto y de equipamiento moderno de la fuerza. Los cuatro altos oficiales que pidieron el pase a retiro habían sido citados el miércoles en forma urgente para hablar con Srur en el edificio Libertad. No se sabe qué conversación tuvieron.
La pelea interna se relaciona con la disputa por determinar quiénes se harán cargo política y judicialmente de la tragedia del ARA San Juan, que viajaba rumbo a Mar del Plata con 44 tripulantes cuando el 15 de noviembre tuvo el último contacto radial con tierra.
Cambios
El ministro de Defensa apoyaba, en principio, al jefe de la Marina, quien iba a pasar a retiro a fin de año, al menos según se sabía hasta que desapareció la nave. Aguad iba a pasarlo a retiro junto a los jefes del Ejército y de la Fuerza Aérea, de acuerdo a fuentes oficiales.
El único que iba a ser confirmado era al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Bari del Valle Sosa. Incluso, algunas fuentes dicen que estas propuestas habían llegado a manos del presidente Mauricio Macri. “Si bien Aguad y Srur se conocieron hace tres meses, construyeron una muy buena relación y se tienen confianza”, había afirmado una fuente del Gobierno a Clarín.
Pero la crisis lo llevó ayer a pedir el pase a retiro. Srur había sido impulsado a la comandancia por el ex secretario de Defensa, Ángel Tello, durante la gestión del ex ministro del área y actual senador de Cambiemos, Julio Martínez.
Otros pases a retiro
Hace una semana, Aguad había aceptado el pedido de pase a retiro del comandante del Área Naval Atlántica, Gabriel González, quien fue el primero en dar la cara ante los familiares de los 44 tripulantes en la base de Mar del Plata. “González habló con Srur y adujo razones personales”, explicaron las fuentes del Gobierno.
Según las fuentes, el sumario apunta primero al comandante de la Fuerza de Submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, quien era el jefe directo del comandante del ARA San Juan, capitán Pedro Martín Fernández. En el sumario se reconstruye paso a paso qué sucedió entre el 14 y el 15 de noviembre, cuando ocurrió el contacto final.
Dos fuentes oficiales le restaron ayer importancia al registro de las últimas ocho llamadas satelitales, en concordancia con lo que dijo el portavoz de la fuerza, Enrique Balbi, la semana pasada. “Cada vez que el submarino sale a superficie, se conecta con el satélite. Algunas pueden ser conexiones automáticas, otras de voz y otras de datos”, explicó uno de los militares. Un problema es que “las llamadas no se graban porque son secretas”.
El sumario interno
A criterio de las fuentes del Gobierno, lo más importante de las llamadas es que demuestran que el submarino “estuvo a nivel de periscopio” desde las 23 del 14 de noviembre hasta las 8 del 15. Es decir que estaba a 17 o 18 metros de la superficie, mientras arriba acontecía un fuerte temporal.
“Estaba a nivel de periscopio porque se activaron las llamadas al satélite, de lo contrario era imposible”, agregaron. No se sabe si, simultáneamente, había sacado el snorkel antes de que anunciara por radiofrecuencia que iba bajar a mayor profundidad para hacer las reparaciones.
La clave está en los chequeos que se tienen que hacer al submarino -al igual que a los aviones- antes de partir. La discusión de Srur con sus subordinados por señalar qué fue más relevante, si el retraso en informar sobre la pérdida de comunicación o el mantenimiento del submarino, no es solo una cuestión técnica.
“En el primer caso López Mazzeo queda más expuesto, y en el segundo, Srur”, a criterio de las fuentes militares. De todos modos, si no se logra localizar y fotografiar al ARA San Juan no habrá pruebas concretas de las causas del accidente. El submarino tuvo una verificación de 48 horas en la base de Mar del Plata el 25 de octubre, antes de arrancar su última misión. Y cuando volvió del ejercicio de tiro en la Isla de los Estados tuvo otro chequeo de 48 horas, como establece el protocolo. Fue en Ushuaia, a cargo del capitán Fernández y los tripulantes. “No reportó novedades, excepto pequeñas averías”, afirmó la fuente.
Para comprobar este dato, el ministro Aguad habló en persona con el suboficial Humberto René Vilte, quien se bajó en Ushuaia para volver a Jujuy por una grave enfermedad de su madre. El “tripulante 45″ le aseguró al funcionario que “participó de las primeras 24 horas del chequeo y no hubo novedades, salvo pequeñas averías. Ninguna referida al snorkel”. “El submarino estaba en perfectas condiciones”, le dijo a Aguad. Estos y otros indicios llevan a Defensa a abonar la teoría de la “crisis súbita e incontrolable”.
Fuente: Clarin