Sheila Alejandra Ayala estaba muerta a metros del lugar donde había desaparecido, el domingo último. La nena, de 10 años, vivía en un predio con su papá y el resto de su familia. Al lado, pegado, había una edificación usurpada por unos 50 grupos familiares. Allí fue donde la hallaron este jueves.

 

La Policía aún no reveló cómo la habían asesinado. Sólo que sufrió "una muerte violenta". Y que estaba adentro de una bolsa.

 

 

"Estaba en un predio contiguo al lugar donde vivía la familia, es un sector que había sido usurpado por más de 50 familias. Es en un costado donde hay mucha basura, había una bolsa, y en el interior estaba el cuerpo", declaró rápidamente el comisario Jorge Figini, a cargo de la investigación.

 

Clarín pudo saber de fuentes del caso que esa bolsa, dentro de la cual había sido escondido el cuerpo de Sheila, había sido metida por el asesino entre dos paredes. Esto fue lo que dificultó, en un principio, la búsqueda.

 

Según señalaron los voceros, la investigación se fue dirigiendo hacia el interior de este predio usurpado y este jueves llevaron hacia allí a los perros entrenados. Uno de ellos señaló el muro.

 

 

Cuando la Policía se acercó a ese muro comprobó que, en realidad, era una pared que cubría un hueco cuyo fondo era otra pared. Una especie de cámara oculta.

 

Ahí fue cuando todo se aceleró. La Policía revisó ese "doble fondo" y logró hallar la bolsa. Al abrirla se encontró con el peor final: Sheila había sido asesinada.

 

"No podemos decir de quién (es el lugar donde la hallaron) porque trabaja la Policía Científica. La única hipótesis es que se trató de una muerte violenta", concluyó el comisario Figini.

 

El interior de la casa de unos tíos de Sheila, donde podría haber estado cautiva la nena.