�Hoy cierra el calendario de comicios previos a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) nacionales del 9 de agosto, con el balotaje en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Todo parece indicar que Horacio Rodríguez Larreta se impondrá sobre Martín Lousteau y que el PRO retendrá su principal bastión. Una vez finalizada esta elección, Macri podrá dedicarse a pleno a la contienda electoral nacional. Saldrá fortalecido si resulta triunfador. Pero habrá perdido tiempo y energía, recursos escasos en una campaña electoral.

Elecciones locales

Hace tiempo afirmamos en esta misma columna que no pueden hacerse proyecciones directas de los resultados de las provincias para la elección nacional, ya que en cada distrito el componente local de la política tiene un peso variable. Sin embargo, el repaso de los mismos puede dar algunas pistas de lo que va a suceder. Se llevaron adelante elecciones en 12 provincias y los resultados son los siguientes: el Frente para la Victoria se impuso en Salta, La Rioja, Chaco y Tierra del Fuego. Cuatro distritos chicos, que nuclean alrededor del 7 por ciento del padrón nacional. La oposición triunfó en las otras ocho provincias, que representan el 34 por ciento de los electores del país.

Pero es bueno afinar el análisis. Si dividimos a la oposición según su alineamiento político en las presidenciales podemos decir que el Socialismo triunfó en Santa Fe (Margarita Stolbizer), la UCR en Mendoza y Corrientes (Ernesto Sanz), el Peronismo Disidente en Córdoba, Neuquén, La Pampa y Río Negro (Sergio Massa y José De la Sota) y el PRO en la Ciudad de Buenos Aires (Mauricio Macri, sujeto a los resultados de hoy). Un variado abanico que no permite hacer una lectura lineal de los resultados provinciales.

Pero hay un elemento más curioso. En 11 de las 12 provincias triunfó el oficialismo local. La excepción fue Mendoza, que era gobernada por el Frente para la Victoria y pasó a manos de la alianza UCR-PRO.

Hace un año atrás se esperaba una polarización entre continuidad y cambio que se inclinaría hacia este último. Se decía que un 70 por ciento de argentinos pedían modificaciones sustanciales. Los resultados de las elecciones locales parecen mostrar a un electorado con otras características.

¿Qué sucedió?

1- La imagen que los ciudadanos tienen de la situación actual y futura del país es mejor hoy, comparada con la que tenían en 2014. Creció el optimismo social.

2- La imagen de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se mantiene con diferencial positivo desde hace varios meses.
3- Los tres candidatos con más intención de voto se situaron en un punto intermedio. Daniel Scioli representando a la continuidad con cambio, Sergio Massa en ‘el cambio justo‘ y Macri en una vereda de cambio más neto, reflejado hasta en el nombre de su coalición ‘Cambiemos‘.

Continuidad versus cambio

Esos tres elementos llevan a que el eje continuidad-cambio tenga hoy un menor valor electoral, porque no permite diferenciaciones plenas y aparecen nuevos vectores en el voto. Otro hubiese sido el escenario si el candidato del Frente para la Victoria fuese un kirchnerista puro (Máximo Kirchner o Axel Kicilloff, por ejemplo).

Pero la moderación de Scioli lo diferencia de CFK en la mente de los electores. Eso lleva a que exista una oferta electoral centrada en cambios moderados y un electorado que no busca los extremos como en otros momentos.

De este modo, las dos figuras que se ubicaron más alejadas en este vector (Scioli y Macri) desdibujaron a Massa, que fue perdiendo volumen electoral. ¿Adónde fueron esos votos que perdió el massismo? Por ahora 5 de cada 10 se acercaron al Frente para la Victoria y 3 de cada 10 al PRO (el resto eligió otras opciones).

¿Seguirá la sangría para el Frente Renovador? Difícil saberlo, aunque puede afirmarse que si Massa recuperase parte de la intención de voto que en algún momento tuvo, el perjudicado directo sería Scioli.

Las etapas

Durante 2014 vivimos la ‘ola massista‘ de la mano del Código Penal. A esa le sucedió la ‘ola amarilla‘, en la que el PRO sumó a la UCR y le comió estructuras a Massa. Luego vino la ‘ola naranja‘, en la que Scioli limpió el escenario de rivales internos y se fortaleció electoralmente. Un escenario dinámico en el que el estado de situación se modificó varias veces. Por principio, lo que ya cambió puede seguir cambiando, de cara al 9 de agosto y al 25 de octubre.

La etapa que comienza este lunes será la más intensa y densa en términos de comunicación política. En San Juan se superpondrá la campaña nacional, la provincial y las municipales, y en todo el país se irá calentando progresivamente el escenario electoral.

Estamos a tres semanas de las PASO, el momento de definiciones se acerca.