El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, ponderó ayer la responsabilidad del Gobierno y la oposición para no agravar más la situación económica, luego de la corrida cambiaria que se produjo en agosto tras el resultado de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO).
"Las proyecciones económicas que se hacían después de las PASO era apocalípticas y la prudencia y corresponsabilidad de las fuerzas políticas no pusieron en riesgo la estabilidad. Se puede disputar una elección pero no generar más problemas", dijo Lacunza a través de una teleconferencia desde Washington (EEUU), al auditorio reunido en Mar del Plata en el marco del 55 Coloquio de IDEA, que reúne al sector empresarial de todo el país.
"Para hacer una autocrítica, los objetivos de reducción inflacionaria que se pusieron durante este período fueron demasiado ambiciosos y la política macroeconómica, la fiscal y la monetaria, no fue lo suficientemente consistente y armónica para bajar esos niveles de inflación y evidentemente es uno de los principales pasivos de esta administración", dijo Lacunza, que se reunió en Washington con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con esas expresiones, Lacunza se diferenció del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que culpó al pacto social del candidato presidencial Alberto Fernández por la suba de precios.
La moderación de su discurso fue una constante desde que se hizo cargo de la cartera de Hacienda, cuando dejó en claro su responsabilidad hacia un cambio de gobierno ordenado, después del triunfo de Alberto Fernández en las elecciones primarias.