La vacuna contra la Covid-19 de la firma Pfizer, que ya se probó en Argentina, tiene gran nivel de eficacia, según la farmacéutica estadounidense.
Pfizer y la compañía alemana Biontech anunciaron ayer que su vacuna contra el coronavirus es "eficaz en un 90%", según un primer análisis de eficacia del estudio clínico de fase 3 (la última etapa antes de pedir formalmente su aprobación) dado a conocer mediante un comunicado.
Las conclusiones de este análisis preliminar, que aún no fueron publicadas en una revista científica, arrojaron que "la tasa de eficacia de la vacuna fue superior al 90%, 7 días después de la segunda dosis; esto significa que la protección se logra 28 días después del inicio de la vacunación (primera dosis), que consiste en un esquema de 2 dosis", añadió el comunicado.
Actualmente hay cerca de una docena de vacunas que han llegado a las etapas finales de prueba, pero esta es la primera en arrojar resultados.
La cifra (90%) es notoriamente alta, teniendo en cuenta que algunos especialistas habían anunciado que una fórmula que alcance un 60% de inmunización ya sería un resultado positivo para enfrentar la pandemia.
"Hoy es un gran día para la ciencia y la humanidad. El primer conjunto de resultados de nuestro ensayo de la vacuna proporciona la evidencia inicial de la capacidad de nuestra vacuna", sostuvo Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de Pfizer.
"Esperamos poder compartir datos adicionales de eficacia y seguridad generados por miles de participantes en las próximas semanas", sostuvo. En el comunicado, informaron que no se ha informado "ningún problema de seguridad grave".
El ensayo clínico de fase 3 comenzó el 27 de julio y se inscribieron 43.538 participantes, 38.955 de los cuales recibieron una segunda dosis de la vacuna candidata al 8 de noviembre de 2020.
Argentina es uno de las países en donde se lleva adelante este ensayo clínico; el estudio se realiza en el Hospital Militar de Buenos Aires, y tienen previsto probar la vacuna en 4.500 voluntarios.
La presentación de la autorización de uso de emergencia a la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU está prevista para poco después de que se alcance el hito de seguridad requerido, que actualmente se espera que ocurra en la tercera semana de noviembre.
Las inyecciones convencionales se pueden elaborar a partir de virus inactivos (como polio o la gripe), atenuados (sarampión, fiebre amarilla) o simplemente proteínas llamadas antígenos (hepatitis B).
La de Pfizer, elaborada en conjunto con la alemana Biontech -o la de la estadounidense Moderna que utiliza la misma técnica pero aún no ha anunciado ningún resultado-, se basa en una nueva tecnología llamada ARN mensajero. Por medio de esta técnica se inyectan en el cuerpo hebras de instrucciones genéticas bautizadas ARN mensajero, es decir que la molécula les dice a las células qué hacer.
El ARN mensajero de la vacuna se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar un antígeno específico: la "espícula" del coronavirus, que le permite adherirse a células humanas para penetrarlas.
Esta espícula, inofensiva en sí misma, será detectada por el sistema inmunológico que producirá anticuerpos, y estos a su vez permanecerán en guardia durante mucho tiempo.
Una vez inyectado el material genético, "las células que se encuentran en el lugar de la inyección empezarán a producir, de forma transitoria, una de las proteínas del virus", explicó Christophe D"Enfert, director científico del Institut Pasteur.
La ventaja es que, al utilizar este método, no hay necesidad de cultivar un patógeno en el laboratorio, porque es el organismo el que hace la tarea. Es por esta razón que las vacunas se desarrollan más rápidamente. No se necesitan células ni huevos de gallina (como con las vacunas contra la gripe) para fabricar esta vacuna.
La reacción de la Casa Rosada
"La primera que esté la vamos a manotear", reiteraba a colaboradores y con lenguaje llano el ministro de Salud, Ginés González García. Confiado por las buenas noticias que llegaron ayer desde el laboratorio Pfizer, el gobierno de Alberto Fernández reiteró a través de voceros dentro y fuera de la Casa Rosada que no habrá "lectura ideológica" ni "discriminación" a la hora de adquirir la ansiada vacuna contra el coronavirus.
Mientras niegan que haya un contrato firmado con alguno de ellos, desde el Gobierno repitieron durante la jornada que la vacuna rusa Sputnik V, motivo de polémica por el viaje reservado de varios funcionarios a Moscú y el anuncio posterior del Presidente, es "otra buena opción" pero no la única a tomar en cuenta cuando llegue la decisión final, que aguardan concretar entre fines de este año y principios del próximo. "Lo más probable es que terminemos comprando un poco a cada una", afirman en el Gobierno.
Alza en Wall Street y Trump celebra
Wall Street registró fuertes subas tras el anuncio de Pfizer. El índice industrial Dow Jones y el generalista S&P 500 registraron importantes incrementos ayer, luego de conocerse los resultados prometedores del estudio sobre la vacuna del coronavirus desarrollada por el laboratorio Pfizer. El fin de la incertidumbre en torno al resultado electoral en Estados Unidos y el equilibrio de poder con los republicanos en el Congreso también han estado impulsando a los mercados.
El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, celebró ayer los progresos de Pfizer, pero instó a sus compatriotas a usar mascarillas porque no podría estar disponible a nivel masivo por meses. Por su lado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró ayer los resultados de la vacuna experimental de Pfizer.
En tanto, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, juzgó como "prometedores" los resultados.