En el segundo semestre de 2023, último tramo del gobierno de Alberto Fernández, el índice de pobreza subió al 41,7% y afectó a 19,5 millones de personas, según el reporte oficial del Indec publicado ayer, mientras que en el conurbano bonaerense alcanzó al 45,5%. Así, el porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 31,8%.

Dentro de este conjunto se distingue un 8,7% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 11,9% de las personas.

En base a los datos de Indec, la pobreza del segundo semestre de 2023 en San Juan estuvo a la par del índice general ya que acá midió 41,6%, apenas una décima por debajo de la tasa nacional. Sin embargo, en la comparación interanual implicó un fuerte salto ya que la tasa de pobreza en el segundo semestre 2022 alcanzaba al 33,20% de la población sanjuanina, es decir, 8,4% menos. Incluso la pobreza creció respecto al primer semestre de 2023 cuando la tasa de pobreza era de 35,8%

El dato devastador, que desnuda la crisis social de larga data en la Argentina, es que la cantidad de chicos de 0 a 14 años en la pobreza llegó a un 58,4%, lo que implica que en todo el territorio nacional hay 6,5 millones de chicos pobres. De ese 58,4% de niños pobres, 18,9 puntos corresponden a infantes que están en situación de indigencia. Se trata de aquellos que ni siquiera pueden cubrir sus necesidades alimenticias a lo largo de un mes. Lo más preocupante es que, lejos de retroceder, en sólo un año la pobreza infantil avanzó 4,2 puntos porcentuales (el índice era de 54,2% en el segundo semestre de 2022) y muchos niños cayeron en pobreza extrema. Son 500.000 más que un año atrás, y casi 750.000 más que cuando Alberto Fernández y Cristina Kirchner reemplazaron a Macri.

A nivel nacional, la incidencia de la pobreza con respecto al primer semestre de 2023 también registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 2,2 y 1,6 puntos porcentuales, respectivamente.

En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 1,9 puntos en los hogares y de 2,6 en las personas. A nivel regional se observó un aumento de la pobreza y la indigencia en todos lados.

Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), por debajo de la línea de pobreza se encuentran 3.193.297 hogares, que incluyen a 12.300.481 personas; y, dentro de ese conjunto, 869.821 hogares se encuentran por debajo de la línea de indigencia, lo que representa 3.520.174 personas indigentes.

El empobrecimiento subió a pesar de una mayor cantidad de controles de precios, el aumento de los planes sociales, nuevas moratorias jubilatorias, un tipo de cambio atrasado y servicios públicos completamente subsidiados. A esto se sumó una fuerte emisión de moneda para sostener artificialmente el consumo. Todo eso no logró evitar la caída de los ingresos de los trabajadores en medio de una inflación galopante que terminó triplicándose en el último año de gobierno (fue de 211,4%).

A fines de 2022, un trabajo de la UCA y la UBA calculaba que este nuevo fenómeno alcanzaba al 27,3% de los ocupados. Ese estudio indicó además que los ocupados en hogares perceptores de política social pasaron de 3,8% en 2003 a 19,3% en 2022. Es otro indicio del ajuste que se profundizó sobre los ingresos.

En 2023, los sueldos según el índice Salarios del Indec tuvieron un año malo. Los trabajadores públicos reflejaron una caída real de 20,2%; los privados, una del 14,7%, y los trabajadores informales, una del 31%.

El desempleo bajó 5,7%. Sin embargo, el empleo que creció es el precario; cambió en su composición: avanzó el público y cuentapropista, pero se mantuvo estancado desde 2011 el formal privado.

El deterioro de la economía y el avance de la inflación que erosionó el poder de compra de los salarios a lo largo del año pasado provocó un avance de los números de pobreza.

Un año atrás, un 39,2% de las personas era considerada pobre en la Argentina y un 8,1%, indigente. Y hace seis meses esas cifras ya habían escalado hasta 40,1% y 9,3 por ciento. En definitiva, el avance de la indigencia fue más rápido: de un año a otro la pobreza creció 2,5 puntos porcentuales y la indigencia, 3,8 puntos.

 

> Resistencia, la que más pobres tiene

Las mayores incidencias de la pobreza en personas en el segundo semestre 2023 se observaron en las regiones Noreste (NEA), 48,4%; y Noroeste (NOA), 45,6%. En tanto en las regiones Patagonia fueron de 36,5% y Pampeana de 40,4%.

Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires, la pobreza fue 21,4% pero en el conurbano bonaerense 47%. Eso arroja para CABA un total de 644.090 pobres, de los cuales 130.636 son indigentes. Y en los partidos del Gran Buenos Aires, los pobres suman 5.867.761, de los cuales 1.862.244 son indigentes.

Con más del 50% de pobres figuran las ciudades de Resistencia (65,2%), Concordia (56,2%), Santiago del Estero-La Banda (53,2%) y La Rioja (51,6%).

En promedio “el ingreso total familiar aumentó 69%” y “las canastas regionales promedio aumentaron 81,6% (la Alimentaria) y 75,8% (la Canasta Total)”.

 

> Igual que en pandemia

Este último dato publicado por el Indec muestra que la pobreza del segundo semestre de 2023 fue del 41,7%, apenas inferior al 42% registrado en igual período de 2020 (42%), durante la parálisis de la actividad económica  en la cuarentena por el coronavirus.