Una beba de un año y medio falleció el pasado domingo 9 de octubre en el partido bonaerense de Lincoln, provincia de Buenos Aires, luego de haber sido picada por una loxosceles, conocida como “araña de rincón”.
La madre llegó con la menor en horas de la madrugada al Área de Pediatría del hospital local. La beba presentaba un “llanto desconsolado”, pero no tenía signos aparentes de alguna picadura, según indicó el secretario de Salud del municipio, Jorge González.
De acuerdo con la información del portal Democracia, en esa primera consulta, se le otorgó un analgésico y se le recomendó a la madre que esté atenta a cómo evolucionaba su hija.
A las pocas horas, la mujer regresó con la niña, que presentaba la cara hinchada y el tórax inflamado, pero no había levantado temperatura. En esta segunda consulta, tampoco se encontró alguna picadura.
Ante estos síntomas, se le aplicó un antialérgico y se solicitaron estudios de laboratorio. Cerca de las 8 de la mañana del domingo, la mujer regresó y los médicos continuaron con los análisis correspondientes.
Para las 10, los doctores contaban con los resultados y la menor comenzó a presentar signos comprometedores de salud y un hematoma, compatible con una picadura de araña. Por esto mismo, intervino el Centro Provincial de Referencia en Toxicología, quien planteó la posibilidad de que la menor padeciera loxoscelismo, por lo que se le aplicó el antídoto correspondiente.
En consecuencia, se la trasladó al Hospital de Junín, pero su cuadro de salud empeoraba cada vez más. Lamentablemente, la beba falleció en la noche del domingo.
Qué es el loxoscelismo
El loxscelismo es el nombre que se le otorga al envenenamiento potencialmente grave y letal provocado por la inoculación del veneno de las arañas de rincón.
Tal como sucedió con la beba, la picadura de estos arácnidos puede pasar desapercibida y los síntomas comienzan a aparecer luego de las 24 horas de la picadura. Su veneno tiene una acción dermonecrótica y hemolítica.
En el mejor de los casos, se produce una costra necrótica que deja una úlcera de lenta cicatrización. Sin embargo, los cuadros cutáneo-viscerales son graves y causan un alto nivel de mortalidad.