El descubrimiento de la insulina marcó un antes y un después en la medicina y en el tratamiento para personas con diabetes, quienes, antes de la implementación de esta hormona en 1921, tenían una expectativa de vida de poco más de seis meses y en la actualidad los avances tecnológicos proporcionan una calidad de vida cada vez mejor.

Hace cien años, Frederick Grant Banting, médico investigador canadiense, junto a Charles Best, logró sintetizar la hormona insulina y luego de varios ensayos fue suministrada por primera vez en un joven diabético de 14 años que mostró un avance significativo en su enfermedad.

"La diabetes se ha descripto hace 3.500 años, pero hasta hace 100 no existía ningún tratamiento para la diabetes, por eso hoy tenemos que festejar que se pudo aislar la insulina y eso marcó un antes y un después para las personas con diabetes, sobre todo para aquellos que padecen diabetes tipo 1", apuntó en diálogo con Télam Gabriel Lijteroff, director del comité científico de asuntos internacionales de la Federación Argentina de Diabetes (FAD).

"La expectativa con diabetes tipo 1 rondaba los seis meses, por eso es un antes y un después. La insulina ha salvado millones de vidas, permite primero la supervivencia y después cumplir las metas" de las personas que la padecen, remarcó el especialista y recordó que esta enfermedad es crónica, no se puede curar, "pero podemos minimizar complicaciones que devienen de la misma si no se trata".

Sin embargo, el enorme aporte de la insulina en la lucha contra la diabetes aún está lejos de llegar a todos los que la necesitan para seguir viviendo: uno de cada dos diabéticos del tipo 2 -en la que la obesidad y el sedentarismo son factores de riesgo- no recibe insulina, advirtió ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un informe que reflejó las dificultades de acceso a este medicamento.

Un siglo después de su descubrimiento, la insulina sigue siendo un lujo inalcanzable para millones de diabéticos en el mundo.

La OMS expone la alarmante situación del acceso mundial a la hormona de la insulina y lo que atribuye a unos precios elevados, a un oligopolio en el mercado y a las carencias de los sistemas sanitarios.

"Los científicos que descubrieron la insulina hace cien años se negaron a beneficiarse de su descubrimiento y vendieron la patente por un solo dólar", dijo el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus.

"Desgraciadamente, ese gesto de solidaridad ha sido superado por un negocio multimillonario que ha creado enormes brechas de acceso".

La insulina evita la muerte de 9 millones de diabéticos del tipo 1, cuyo organismo es incapaz de producir esta hormona, y reduce el riego de insuficiencia renal, de ceguera y de amputación de extremidades en más de 60 millones de diabéticos del tipo 2, según los datos del informe.

Desde 1991, el 14 de noviembre más de 60 países celebran el Día Mundial de la Diabetes con el objetivo de fomentar la prevención y la importancia de segur adecuadamente los tratamientos y controles.

El 10 por ciento de las personas con diabetes tiene lo que se denomina diabetes tipo 1, que antes se denominaba "diabetes insulinodependiente" y el 90 por ciento, padece la tipo 2 que aparece "generalmente entre la tercera y cuarta década de vida", el tratamiento para esta condición constituye la administración de fármacos vía oral y un plan de alimentación y de ejercicio "aunque con el tiempo también es probable que se administre insulina".

La primera insulina se "hacía con extracto de páncreas de vaca, actualmente se hace con ingeniería genérica y químicamente es prácticamente igual a la que la persona debía liberar, se ha logrado que la insulina tenga distintos tipos de duración y entonces el profesional actuante pueden tener distintas alternativas para el tratamiento", precisó el especialista.

Dentro de estas opciones hay jeringas y lapiceras que se utilizan para administrar insulina de forma manual en un momento y cantidad determinada, que generalmente se hace de acuerdo a las mediciones de los niveles de glucosa y también hay bombas o infusores de insulina que la administran de forma progresiva.

Dos tipos de diabetes

La diabetes se produce cuando el páncreas no produce la cantidad suficiente de insulina y esto provoca niveles elevados de glucosa en sangre. Existen dos tipos 1 y 2. La 2, que es la más frecuente, ocurre cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La 1 se da por una producción deficiente de insulina y requiere la aplicación diaria de esta hormona y, a diferencia de la anterior, no se puede prevenir.

4 millones en el país

La Sociedad Argentina de Diabetes (SAD) estimó que en el país más de 4 millones de personas padecen la enfermedad. Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo la prevalencia de glucemia elevada o diabetes en la población adulta (18 años y más) por autorreporte fue de 12,7%, registrando un aumento significativo con respecto a la anterior realizada tres años antes en la que el porcentaje alcanzó el 9,8%.

 

  • La trágica fusión de diabetes con covid

Gabriel Lijteroff, director del comité científico de asuntos internacionales de la Federación Argentina de Diabetes (FAD), aseguró que el 30 por ciento de la mortalidad por covid-19 en menores de 60 años se produjo en pacientes que tenían diabetes y puntualizó en la importancia de realizarse los controles pertinentes y cumplir con el esquema de vacunación.

Durante 2020, el aislamiento social obligatorio dispuso restricciones en la circulación y, pese a que estaba permitido movilizarse hacia centros de control, "hubo una disminución por temor en la consulta médica, pero desde que tenemos la posibilidad de la vacunación ya nuevamente se han reactivado", advirtió el especialista.

Lijteroff precisó, además, que de las personas que padecían esa enfermedad y que contrajeron coronavirus tuvieron un mejor pronóstico aquellas que "previamente tenían un mejor control metabólico".

En este sentido, el especialista consideró "importantísimo cumplir con el programa de vacunación y con un buen control metabólico" ya que eso "evita que la infección por covid termine en una enfermedad de gravedad".

Asimismo, Lijteroff aseguró que "la enfermedad no merece ser el centro de la vida de nadie y con un control adecuado se puede lograr una mejor calidad de vida" y remarcó cuatro "pilares fundamentales: la educación e información necesaria, un plan alimentario adecuado, actividad física y seguir al pie de la letra el tratamiento farmacológico".