La economía de Argentina va camino a entrar en su quinta recesión en un período de apenas 10 años, esta vez de la mano de la peor sequía en 50 años y la crisis cambiaria con la suba del dólar y la consecuente alza de precios por el impacto de la devaluación que planchó el consumo.
Se trata del primer número negativo desde febrero del año pasado, es decir en más de un año.
Según el indicador anticipado de la variación del PBI, la actividad económica en Argentina se contrajo 0,9% en abril en la comparación interanual y 2,7% respecto al mes de marzo pasado.
En su informe el INDEC detalló que la rama de mayor incidencia en la variación anual del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) correspondiente a abril fue "Agricultura, ganadería, caza y silvicultura". Con la caída de abril, el EMAE corta una seguidilla de 13 meses consecutivos de avances.
En el acumulado de los primeros meses de 2018 el EMAE subió un 2,4% respecto de igual período del año previo, dijo el INDEC.
Si bien semejante retracción, que en el cotejo interanual fue la más marcada desde octubre de 2016, coincidió con el inicio de la crisis cambiaria y el consecuente cambio de expectativas de los agentes económicos, tuvo prácticamente un único responsable: la peor sequía en 50 años.
Sobre 15 grandes ramas de actividad, el INDEC registró en abril sólo tres sectores con variaciones negativas respecto del nivel del año previo: "Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales" 0,5%; "Transporte y Comunicaciones" 0,8%; y "Agricultura y ganadería" 30,8%.
Por el contrario, el resto de los 12 sectores cerraron el mes con incrementos de poco más del 10%, como los casos de Pesca y Construcción; seguidos por 9,4% de Intermediación Financiera; 5,9% Explotación de Minas y Canteras; 5,5% Comercio; Inmobiliarias y empresas de alquiler 5%; y de los 6 restantes se anotaron subas del 1,5% al 3,1; mientras que se estancó el PBI de la Administración Pública.
La concentración de la recolección de cosecha gruesa, principalmente de maíz y soja entre mayo y julio, junto al severo cambio de expectativas que provocó la corrida cambiaria que se extendió hasta el 14 de junio, cuando se cerró el acuerdo con el FMI, anticipa un ciclo recesivo que al menos se extenderá hasta todo el tercer trimestre.
Para el INDEC el primer cuatrimestre terminó con una modesta suba del PBI de 2,4%; pero con la estimación de Ferreres para mayo ese aumento acumulado se atenuó a 2,2%.
Frente a este panorama, el Gobierno de Mauricio Macri prepara una serie de medidas para suavizar la caída.
El paquete bajo análisis que buscará reactivar la economía contiene más créditos para las pymes, más inversión privada en las obras públicas, mayor moderación en las subas de tarifas de la energía, más planes de empleo y una promesa de baja de tasas de las Lebac.
Para sostener el empleo, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, dará mayor impulso al Plan Empalme para tomar beneficiarios de planes de capacitación para insertarlos en el sector privado. Cuando se estabilice el tipo de cambio y desaparezca la volatilidad cambiaria, el objetivo del presidente del Banco Central, Luis Caputo, que ganó confianza en la semana última en el mercado, será bajar las tasas de Lebac de hasta 47%. Pero esto sólo será luego de que el dólar se estacione en una banda de entre 27 y 28 pesos.
Todo eso entra en un paquete reactivador que estudia el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para sostener cierto crecimiento del PBI, que pese a las turbulencias el Gobierno estima en un 1% para el final de 2018.
Paralelamente, Dujovne comenzará a reunirse con los gobernadores para hablar de la baja del gasto con miras al presupuesto 2019 que debería tener una meta de déficit fiscal de 1,3% del PBI, según el acuerdo con el FMI. Para ello, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, convocará a los mandatarios provinciales a un gran acuerdo político.
Tasas y dólar
El Banco Central decidió ayer mantener la tasa de política monetaria en el 40%, nivel que proseguirá hasta que la inflación se alinee con las metas establecidas. En tanto, el dólar interrumpió tres jornadas en baja y subió 7 centavos. El promedió al cierre fue de $27,73 para la venta y $26,64 para la compra.
Cuándo un país entra en recesión
En Economía se define como recesión a un período en el cual la actividad, medida por el Producto Bruto Interno, se contrae durante al menos dos trimestres seguidos. La primera poscrisis de 2002 fue entre el cuarto trimestre de 2008 y el segundo de 2009. Fue impulsada por la disputa entre el gobierno de entonces y el campo alrededor de la resolución 125, una sequía y la crisis global. La economía se contrajo 10% en tres trimestres.
La segunda fue a inicios de 2012, producto del cepo cambiario impuesto a fines de 2011, la desconfianza de los mercados tras la reelección de Cristina Kirchner y una sequía leve. La economía se contrajo casi 5% en dos trimestres.
Las dos últimas recesiones después de la crisis de 2002 fueron las más duraderas, cuatro trimestres cada una, pero las más tenues, pues la economía "sólo" se contrajo entre 3% y 4% en cada episodio. Una fue entre fines de 2013 y mediados de 2014, impulsada por el inicio de la crisis de los holdouts al final de 2013 y una fallida devaluación del peso en enero de 2014. La última se inició en el tercer trimestre de 2015, impulsada por la incertidumbre sobre un potencial ajuste poselecciones, y se acentuó con la salida del cepo y la suba de tarifas, ya con el nuevo gobierno.
Le economía se va a contraer al menos dos trimestres seguidos durante 2018, dando así lugar a la quinta recesión en 10 años. La caída más fuerte va a ser en el segundo trimestre, donde se dio la tormenta perfecta.
La cosecha de soja y maíz, que se realiza en ese período del año, cayó un 30% con respecto a 2017. A esto se sumaron la crisis cambiaria y la supertasa de interés, que paralizaron decisiones de inversión y de compra de bienes durables, entre otros. Para colmo, el país vive una crisis de confianza entre los inversores. En mayo, por ejemplo, la fuga de capitales fue récord histórico en este siglo, con U$S 4.616 millones. Esto es más de dos veces y medio el promedio mensual de fuga de capitales que hubo en 2017, que ya había sido el más elevado desde 2008. (Fuente Infobae)