El proyecto de reforma tributaria que anoche se disponía a ingresar a la Mesa de Entradas de Diputados, contempla la creación del impuesto a la renta financiera, la reducción del pago de Ganancias para las empresas que reinviertan sus utilidades y el incremento en un punto porcentual -del 4% al 5%- de la alícuota que grava a la telefonía celular, entre otras iniciativas.
La idea es que la reforma sea de carácter “gradual” y que en un plazo estimado en cinco años -para 2022- la presión tributaria caiga en un orden equivalente al 1,5% del PBI, de manera de alentar la inversión y la creación de empleo. Para eso establece que las empresas que reinviertan sus utilidades tendrán una rebaja de la alícuota del Impuesto a las Ganancias del 35% al 25%, y que de manera progresiva se pueda descargar lo que se abona en concepto del Impuesto al Cheque a cuenta de Ganancias. Además, las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de $12.000 para el 2022, en una escala que comienza en 2018, y que le devuelve el IVA de manera anticipado a aquellas compañías que hayan hecho una inversión y no hayan podido recuperar lo aportado por ese impuesto en seis meses. En tanto, mantuvo la decisión de gravar con una alícuota del 17% a las gaseosas azucaradas, a pesar de las quejas de Coca Cola y de las provincias azucareras.