La Oficina Anticorrupción le pedirá explicaciones a Valentín Díaz Gilligan, el funcionario de Presidencia que, según una denuncia periodística, evitó declarar que tenía una cuenta con más de un millón de dólares en un banco de Andorra.
Pero el organismo que conduce Laura Alonso ampliará su intervención: solicitará autorización para proceder a la apertura de los anexos reservados de las declaraciones juradas que presentó el funcionario, tanto durante su paso por Ciudad como a nivel nacional y pedirá otras “medidas de prueba” adicionales, como el cruce de información a la Unidad de Información Financiera y detalles sobre la cuenta a la Banca Privada d´Andorra (BPA).
Para justificar su accionar, la OA recordó que “según la ley vigente, los funcionarios deben declarar el patrimonio que poseen al momento de asumir el cargo y sus antecedentes laborales de los últimos 3 años”.
Por otro lado, hará el requerimiento formal al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires “para que informe si, en ese ámbito, el funcionario estaba obligado a presentar declaraciones juradas y envíe copias de las mismas”.
Es que, según reveló el diario El País, la cuenta, a nombre de la firma Line Action, de la que Díaz Gilligan fue director, “se abrió en 2012, cuando era asesor” del Gobierno de la Ciudad. “Y mantuvo su actividad, al menos, hasta diciembre de 2014, cuando el político llevaba un año como director general de Promoción Turística”.
De acuerdo a los documentos oficiales que encontró el periódico español, la cuenta tenía 1,2 millones de dólares. Vale el repaso: hasta el año pasado, en Andorra regía el secreto bancario.
Díaz Gilligan aseguró que el dinero no era suyo y que fue accionista y director de Line Action, la titular de la cuenta, sólo para hacerle un favor a un amigo: “Francisco Casal (Paco, el histórico representante de futbolistas uruguayo) tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público”, se defendió en declaraciones consignadas por El País.
El vínculo del que da cuenta Díaz Gilligan tiene que ver con su activa participación en el fútbol: el subsecretario de Presidencia es, además, vocal de River y también supo hacer negocios con el actual presidente de Banfield, Eduardo Spinosa, con quien compartió las firmas DS MEDIA SA y Terra Sports SA, ambas dedicadas a la explotación y organización de eventos deportivos.
Con todo, Díaz Gilligan contó que al asumir en Ciudad tomó la decisión de salir de Line Action y vendió su parte en noviembre de 2014, once meses después de ser puesto en el cargo porteño. “Pedí que me sacaran. No me parecía bien continuar, ya ocupaba un cargo político. Tenía una exposición pública, no quería estar en una sociedad donde no tenía ningún control. No había incompatibilidad, no era ilegal, pero era una actividad que, además, no me generaba ningún ingreso”, explicó al periódico.
Luego de publicada la noticia, Díaz Gilligan utilizó la agencia estatal Télam para hacer su descargo: “La información en la que se me acusa de haber ocultado un millón de dólares es falsa, ya que no obtuve compensación alguna por parte de la empresa mencionada. Ni sueldo, ni honorarios, ni dividendos. Ni durante ese período, ni tampoco posteriormente. Por esta razón es que no tuve ingresos que declarar en la Argentina”, se defendió.