La Iglesia expresó públicamente su preocupación por la situación que se vive en la provincia de Formosa, a raíz de las fuertes restricciones impuestas por el gobernador Gildo Insfrán, y denunció “el ejercicio de cualquier forma de represión violenta contra ciudadanos que reclaman por la plena vigencia de sus derechos humanos y sociales”.
Con la firma de su presidente, Oscar Ojea, el Episcopado le envió una carta al obispo de Formosa, José Vicente Conejero Gallego. Le hizo llegar un mensaje de “cercanía fraterna y solidaridad” por la situación que atraviesa el pueblo de la provincia.
“Ciertamente es preciso adoptar todas las medidas sanitarias que sean necesarias para combatir el Covid-19, dentro de la razonabilidad y conforme al contexto de su circulación, pero de ninguna manera puede aceptarse el ejercicio de cualquier forma de represión violenta contra ciudadanos que reclaman por la plena vigencia de sus derechos humanos y sociales”, señala Ojea, en la carta firmada junto con el resto de los integrantes de la comisión ejecutiva del organismo.
Durante el mediodía del viernes, la policía de Formosa reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma a vecinos y comerciantes que protestaban por el regreso a la fase 1 del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en la capital formoseña.
“Seguramente no faltarán caminos para que la Iglesia junto a otros sectores de la sociedad impulsen el diálogo y la amistad social que alejen definitivamente cualquier forma de prepotencia personal o institucional, propias de otros tiempos trágicos de nuestra patria”, señala la conducción de la Iglesia en la misiva.
Además de Ojea, firman la carta los arzobispos de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, y de Mendoza, Marcelo Colombo, así como el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, todos integrantes de la comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina.
“Unidos a vos, a tu presbiterio y comunidades, rezamos para que cese la violencia. En las manos de la Virgen del Carmen, ponemos esta súplica a Cristo, Señor de la Historia”, cierran las autoridades de la Iglesia la carta, difundida por el Episcopado.
En los últimos meses la Iglesia de Formosa advirtió sobre distintos episodios de violencia y bloqueo sanitario, a partir del encierro de ciudadanos en centros de aislamiento de la provincia, entre otros atropellos.
Hace algunas semanas, quince sacerdotes denunciaron el “autoritarismo” del gobernador Insfrán por las rígidas medidas sanitarias tomadas para contrarrestar el avance del Covid-19.
El equipo de Pastoral Aborígen de la provincia también denunció situaciones de “violencia y represión” por parte de la policía local hacia la población wichí del extremo oeste de la provincia, en referencia al “bloqueo sanitario” dispuesto en el departamento Ramón Lista, con “traslados en horarios nocturnos, sin explicaciones ni informaciones claras”.
Fuente: La Nación