Fue el primero en suspender las clases en el inicio de la pandemia, incluso antes de la orden nacional. Ahora, el radical Gerardo Morales activará desde este martes el primer capítulo de un retorno parcial y escalonado a las aulas en Jujuy, que alcanza a 70 escuelas rurales primarias y secundarias con albergue (no las fronterizas, por la amenaza de contagios importados).
Será bajo el formato de “apoyo escolar” de carácter “voluntario”, pero en los hechos representa el primer regreso a algún tipo de "clase" presencial en el país, más allá de la fugaz y reciente experiencia de una semana en escuelas de la Puna catamarqueña para cerrar su ciclo lectivo, desfasado del resto.
“No es la vuelta a clase como está planteado en el DNU dictado por el Gobierno nacional, porque no es obligatorio”, se apresuró a remarcar Morales en la noche del domingo respecto del período que debuta este martes, tras el fin del anticipado receso invernal local y frente al hecho de que todavía rige el decreto de necesidad y urgencia de Alberto Fernández que mantiene congelado el dictado de clases presenciales en todo el país.
Precisamente, el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, avanza con las provincias -y un equipo multidisciplinario que incluye a la cartera de Salud de Ginés González García- en el diseño de los protocolos para un regreso escalonado a las clases presenciales en todos los niveles, tras las vacaciones de invierno.
“Todo hace suponer que en agosto podremos tener un retorno bastante importante a las aulas en provincias que están hoy en Fase 5, de sostenerse el bajísimo nivel de circulación”, dijo este lunes Trotta, en diálogo con Futurock FM. La mirada está puesta en el 3 de agosto. “En zonas rurales -como lo plantearon Jujuy, Catamarca y San Juan- quizás unas semanas antes podamos dar ese paso”, agregó.
La avanzada que activará este martes Jujuy va sin embargo por fuera de ese esquema macro (al conocerla, la cartera de Educación nacional presentó reparos). Pero en los hechos actuará como una suerte de prueba piloto para el retorno a las aulas desde agosto en provincias con baja o nula circulación viral.
“Había una confusión de las autoridades nacionales, que tienen sí la cuestión del tema del inicio de clases; ésto es un plan de apoyo escolar y de volver al contacto de docentes con los niños, especialmente en escuelas donde no hay conectividad, que se manejaron con cartillas y donde entendemos puede haber zonas de mayor vulnerabilidad en términos educativos”, dijo en la noche del domingo Morales, en defensa de la estrategia provincial.
El Programa de Apoyo Escolar “Estamos más cerca” -el primer escalón de cuatro fases de carácter provincial- se vio acotado a último momento con las novedades negativas que brotaron desde la frontera.
Frente a la escalada de casos que muestra la vecina ciudad boliviana de Villazón, el Comité Operativo de Emergencia jujeño acaba de anunciar el retroceso desde este lunes –y por 7 días- a Fase 1 de La Quiaca, con onda expansiva hacia todas las escuelas de las localidades de frontera (de los departamentos de Santa Catalina y Yavi y en Lagunillas de Farallón), que no retomarán este martes las actividades previstas.
En ese escenario, el gobierno jujeño –que destaca que la provincia no muestra circulación local del virus y tuvo 8 casos- activó el domingo un diagrama de test de detección de coronavirus y de vacunación contra la gripe sobre los docentes que reanudarán la actividad en escuelas rurales. Los establecimientos educativos además tendrán un termómetro digital infrarrojo y un refuerzo de los elementos de limpieza. Maestros y alumnos, en tanto, deberán usar el tapabocas de rigor.
“Trabajamos en consenso con todos los gremios para que haya la menor circulación posible en este plan de apoyo escolar”, dijo Morales, en una provincia que se encuentra en la fase nacional de "distanciamiento social".
La Fase 1 del programa de apoyo escolar local que arranca este martes –voluntario y progresivo, y destinado a apuntalar el dictado de clases remotas, con foco en estudiantes “con vulnerabilidad pedagógica”- alcanza a 70 escuelas primarias y secundarias con albergue anexo ubicadas en zonas rurales dispersas.
“Es voluntario y empieza en las zonas rurales más aisladas, con una intensidad adecuada para nivelar los aprendizajes”, dijo la ministra de Educación jujeña, Isolda Calsina.
A priori, la Fase 2 apunta a que reciban clases de apoyo desde el 22 de junio unos 12 mil estudiantes de otras 200 escuelas rurales, mientras que la Fase 3 (29 de junio) hace foco ya en estudiantes vulnerables de escuelas urbanas y la Fase 4 (13 de julio) incorpora apoyo escolar para unos 100 mil alumnos de distintas ciudades.