Los cadáveres de dos hombres y una mujer fueron encontrados ayer calcinados dentro de un carro de cartoneros en la Villa 31 de la zona porteña de Retiro y se investiga si se trata de una venganza vinculada a un capo narco peruano detenido, informaron fuentes policiales y judiciales.
“Se trata de los cuerpos de dos hombres jóvenes y de una mujer calcinados post mortem. En principio se pensó que uno de ellos pertenecía a un niño”, dijo un investigador luego de la realización de la autopsia.
El hallazgo se produjo a las 5.30 en la manzana 103, a la altura de la casa 80 del mencionado barrio, donde personal de la Unidad de Prevención Barrial de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires fue alertado por vecinos que había fuego en un carro.
En la parte baja del carro del tipo utilizado por los cartoneros, los policías advirtieron que había cuerpos calcinándose y sobre ellos varios elementos combustibles. Por momentos, fuentes judiciales llegaron a advertir que podría haber más víctimas. “Creemos que podrían pertenecer a una misma familia” los fallecidos, dijo uno de los jefes policiales.
Los investigadores de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad lograron obtener en el lugar un testimonio clave a partir del cual la pesquisa se orientó a un posible crimen por un ajuste narco o por territorio.
Esa persona llegó a decirle a la Policía que a las 3.30 de ayer vio cómo el carro que luego apareció incendiado y con los cadáveres había sido empujado desde la manzana 99 a la 103 (donde apareció) por tres ciudadanos de nacionalidad peruana que responderían a César Humberto Morán de la Cruz (41), conocido como “El Loco César”. Es un capo narco de la Villa 31 que está cumpliendo condena por homicidio y otros delitos en la cárcel de Villa Devoto, donde se jacta de haber matado a 30 personas.
Creen que las víctimas podrían pertenecer a una misma familia.
En principio, el fiscal Martín Mainardi había pedido a expertos del Cuerpo Médico Forense que le confirmen la cantidad de víctimas, en lo posible las identifiquen y determinen si murieron calcinadas o si fueron asesinadas previamente de otro modo. “Es un barrio complejo, donde también hemos tenido homicidios vinculados con disputas por la ocupación de viviendas”, agregó el investigador judicial consultado.
“El Loco César” fue juzgado en 2012: le dieron 15 años de prisión por el asesinato de Kevin Beltrán Goicochea (16), quien se negó a vender droga para él. También se lo acusa de haber ideado, desde la cárcel donde cumple su condena, el crimen de una mujer para lo cual contrató a tres sicarios, quienes se confundieron de víctima y terminaron matando por error a otra mujer en 2016 en el partido bonaerense de Moreno. “El Loco César” llegó a la Argentina en 2007 escapando de la Policía peruana, que lo buscaba por un homicidio, posiblemente el primero que cometió en su país. En su ficha de antecedentes figura con cinco identidades, pero en la Villa 31 lo conocen como “El Loco que mata por gusto”, apodo que heredó de “Beto mata por gusto”, un sicario que respondía al capo narco peruano Marco Antonio Estrada González (55), alias “Marcos”. Télam