Al filo del plazo final que puede disparar un nuevo default de la deuda argentina, el país solicitó ayer al mediador Daniel Pollack una reunión que se desarrollará hoy en Nueva York a partir de las 11 (hora local), al tiempo que volvió a rechazar una nueva propuesta de contacto directo con los holdouts.

Ayer, en un pequeño alivio para el país, el juez de distrito en Manhattan Thomas Griesa autorizó el pago en el extranjero de los intereses vencidos de los Discounts en dólares emitidos bajo leyes argentinas, en manos de los bonistas que entraron al canje, y que habían quedado en un limbo legal.

Se trata de un pago puntual, por única vez, para no interrumpir el cobro de los bonos emitidos para pagar la expropiación de Repsol ya que los títulos tienen el mismo Número de Identificación de Seguridad Internacional y el banco Citibank no puede distinguir qué cantidad ha sido ingresada como pago de la expropiación o como pago de la deuda.

Pero como se trata de una excepción puntual, el riesgo de default sigue siendo el mismo para el país.

Después de una serie de derrotas judiciales, Argentina tiene hasta este miércoles 30 de julio para lograr que se levante el bloqueo dispuesto por Griesa que le impidió honrar a fines de junio un vencimiento de su bono Discount en dólares emitido bajo leyes internacionales.

Griesa había ordenado a los bancos intermediarios de Argentina no cursar el pago de las obligaciones en el exterior hasta que el país no compense con 1.330 millones de dólares más intereses a los fondos de cobertura que le ganaron una demanda por su enorme cesación de pagos en el 2002.

La comitiva no será presidida por el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien acompañó a la presidenta Cristina Fernández a Venezuela, para una reunión del Mercosur y estará integrada una vez más por los secretarios de Finanzas, Pablo López; Legal y Administrativo, Federico Thea, y la Procuradora del Tesoro, Angelina Abbona.

La inasistencia del Jefe del Palacio de Hacienda fue interpretada por los mercados como una señal de que la decisión de no avanzar en un arreglo al menos hasta el mes de enero, cuando caiga la cláusula RUFO, ya ha sido tomada.

’Las negociaciones son extremadamente complejas, que requieren tiempo, por eso la Argentina reclama un stay (medida cautelar)’, dijo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.

Griesa se ha negado a poner en vigencia una medida cautelar que le permita a Argentina seguir cancelando sus vencimientos de deuda en el exterior mientras negocia con NML y Aurelius.

Pero Argentina no puede cerrar ningún acuerdo antes del 31 de diciembre. Ese día vence una cláusula incluida en las reestructuraciones de deuda del 2005 y 2010 que le impide ofrecer mejores condiciones de pago a la minoría de acreedores que se negaron a participar de esas operaciones.

Unos 34.000 millones de dólares en títulos públicos emitidos bajo leyes extranjeras corren riesgo de caer en default si Argentina no destraba la situación en las próximas horas y se disparan cláusulas que le permiten a sus tenedores recuperar sus inversiones anticipadamente. Reuters, DyN, EFE.