Elegante. Con un impecable traje azul y camisa blanca, Cristina se presentó a la apertura del primer juicio en su contra.

 

Mientras escuchaba las acusaciones en el tribunal, a Cristina se la llegó a ver incómoda e inquieta. Casi no dejó de mirar su teléfono celular y por momentos habló en voz baja con su abogado Carlos Beraldi. Cristina eligió un traje azul con una camisa blanca y lució una escarapela a tono con la semana de los festejos del 25 de Mayo.

Cuando Cristina ingresó al recinto ya estaban sentados en primera fila de los imputados, Julio De Vido y Lázaro Báez, uno al lado del otro. Al final de la fila pero de la mano derecha al estrado, estaba sentado José López.

Una vez que todos estuvieron ubicados, por la misma puerta lateral por donde ingresaron los detenidos, entró al recinto Cristina. No se saludó con su ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido ni con su exsocio comercial Lázaro Báez, preso hace tres años por lavado de dinero.

En este, el primero de los cinco juicios orales que tiene por delante, la expresidenta hizo sentar detrás suyo a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto.

Durante la lectura de las acusaciones como cuando llegó el turno de las imputaciones individuales, la senadora y candidata a vicepresidenta estuvo atenta a su celular. Sólo en varias ocasiones, intercalando con algunos sorbos de agua, intercambió opiniones con su abogado Carlos Beraldi y se permitieron alguna que otra sonrisa cuando se mostraban el celular.

Afuera de Comodoro Py recibió saludos y regalos. 

El edificio de los tribunales fue rodeado por un doble vallado de seguridad y custodia reforzada de Policía Federal. No obstante, desde temprano, se concentraron en el hall central dirigentes kirchneristas, legisladores, un grupo de intendentes de la provincia de Buenos Aires y representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que ingresaron a la sala de audiencias para presenciar el debate. Entre los primeros en llegar estuvieron el exsecretario general, Oscar Parrilli; el exministro de Trabajo, Carlos Tomada; y el exsecretario de Seguridad Sergio Berni.