El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, comunicó ayer la identificación de un nuevo soldado argentino caído en la Guerra de Malvinas (1982), que había permanecido enterrado en las islas en una tumba anónima, con el que ascienden a 91 los casos de reconocimiento positivo.
Un acuerdo alcanzado por los Gobiernos de Argentina y Reino Unido permitió que el año pasado un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) trabajase en las Malvinas para exhumar y tratar de poner nombre a los 123 combatientes no identificados que quedaban en las islas desde el conflicto.
En diciembre de 2017, el CICR informó que había logrado identificar los restos de 90 soldados, y en marzo de este año se produjo una histórica visita al archipiélago de 248 argentinos, la mayoría familiares y allegados de los fallecidos, para rendirles homenaje en el cementerio de Darwin.
La identificación ahora del sargento Mario Antonio Cisneros, nacido de la provincia de Catamarca y caído en combate el 9 de junio de 1982, es la primera después de aquella ceremonia.
Se trata de un emblemático militar muerto en un feroz enfrentamiento con los británicos en el monte Dos Hermanas.
Hombre del Ejército e integrante del comando 602 con el mayor Aldo Rico, figuraba como uno de los 122 cuerpos sin identificar entre un total de 230 tumbas que se levantan en Darwin, Malvinas. A lo largo de todos estos años, su familia, y en especial su hermano Héctor Cisneros, primer presidente de la Comisión Nacional de Familiares de Caídos en la guerra de 1982, se negaron sistemáticamente a la identificación de los restos. Sin embargo, Claudio Avruj los convenció.