Rastros de sangre fueron hallados en la casa de Ivana Molina, la mujer desaparecida hace 40 días en la localidad mendocina de Las Heras y cuya pareja, un albañil de 64 años, está detenida e imputada por femicidio, y los peritos determinaron que pertenecen a la víctima, informaron hoy fuentes judiciales.
Estas manchas fueron encontradas en un colchón y en el baño de la vivienda en la que Molina convivían con el ahora acusado, Carlos Miguel Díaz Vilchez, quien fue apresado la semana pasada en la localidad bonaerense de Pablo Nogués, luego de fugarse de dicha provincia cuyana.
Bajo las directivas de la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, los peritos trabajaron en la casa de la mujer desaparecida y tras el hallazgo de los rastros el cotejo de ADN confirmó que se trataba de la sangre de Molina.
"Durante la indagatoria llegó el informe y Díaz brindó explicaciones al respecto a la fiscalía", explicó hoy a la prensa el abogado defensor del albañil, Marcelo López.
"Ella (por Molina), por determinadas adicciones o situaciones personales, sangraba fácilmente de la nariz, o a veces porque le subía la presión y se hacía un cortesito de una gotita de sangre en los dedos, como se hace a veces en los insulinodependientes, no sé si es lógico, pero es esperable", añadió el letrado.
Por ello el defensor sostuvo que se tratan de "gotas o sangre vieja" la que fue analizada, y que sobre los rastros del colchón el acusado "también dio su explicación".
"Díaz dio este miércoles una extensa declaración, contestó preguntas de la fiscal Ríos, del secretario y de este defensor sobre el lugar, el modo y cuando fue la última vez que la vio (a su mujer)", indicó López.
El letrado aclaró que, "si bien se veían los fines de semana, habían dejado de convivir y de ser pareja estable".
Díaz Vilchez fue aprehendido la noche del 3 de mayo pasado por detectives de la División Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA) en un domicilio de Pablo Nogués, partido de Malvinas Argentinas, luego de que la justicia mendocina ordenó su captura por "homicidio agravado por la relación de pareja preexistente y por mediar violencia de género" de Molina.
Ya con la orden de detención en sus manos, al ir en búsqueda del sospechoso, los detectives de la policía mendocina establecieron que Díaz Vílchez se había fugado de la provincia tras pagarle 60.000 pesos a un remisero trucho, por lo que la justicia de esa jurisdicción pidió la colaboración de los detectives de Homicidios de la PFA que localizaron y finalmente detuvieron al prófugo.
La investigación se inició el 10 de abril pasado con la denuncia de la sobrina de la víctima, quien declaró que desde el primer día de ese mes que no veía a su tía y que cuando le consultó a Díaz Vilchez, este le dijo que hacía tiempo que tampoco la veía, lo que despertó sospechas por sus antecedentes en hechos de violencia de género.
Al respecto, la hermana de Ivana dijo que no tiene "ninguna duda" de que el acusado está involucrado en la desaparición porque "era una persona violenta, porque la golpeaba, porque la marcaba por todos lados".
Según las fuentes, al inicio de la pesquisa, el albañil declaró que la última vez que vio a su pareja había sido el 31 de marzo, pero se corroboró que el dato no era cierto porque varios testigos declararon haberlos visto juntos en una fiesta el 7 de abril.