Buenos Aires, 5 de enero.- Un padre vio la señal de alerta. Desgano, malas palabras, cambios repentinos en el comportamiento de su hija hizo que el matrimonio que dio el puntapie inicial tomara la decisión de cambiarla de institución.

Pero luego llegó la lamentable sorpresa. En el primer encuentro que tuvieron con la nueva maestra que iba a tutelar a su hija ésta le consultó a los padres a qué jardín asistía, y cuando ellos mencionaron al jardín de infantes Tribilín, en la localidad bonaerense de San Isidro, la joven maestra señaló haber trabajado allí y aseguró que en ese lugar se maltrataba a los chicos. Incluso, su denuncia incluyó que en distintas oportunidades se les habría golpeado a los niños.

Después de muchas dudas y temores, los padres decidieron enviar nuevamente a su hija a Tribilín. Pero esta vez incluyeron un iPod escondido en su mochila para poder registrar todo lo que sucedía en el aula. El saldo fue aterrador: cuatro horas y media de grabación en las que se escuchan gritos de una de las maestras, llantos de los niños y hasta ruidos que aparentan ser golpes.

"Cállate Catalina, cállate, guay que vayas a decir cualquier huevada a tu casa". "¿Podés sacar el cuaderno en lugar de ponerte a boludear? Deja de gritar, cállate. Deja de gritar. (de fondo se escuchan a los nenes llorando). ¿Querés ir a la pileta? Bueno, ¡Callate!, ¡Callate!" , son algunos de los gritos que se escuchan en la grabación reproducida por el canal Todo Noticias.

El cuadro aún es más escalofriante, según el testimonio de una de las madres del grupo que efectuó la denuncia a la Provincia. "Estos 16 padres contaron síntomas que veían en sus hijos y que ahora los relacionan con el maltrato del jardín, como por ejemplo que sus hijos vomitaban todos los días antes de ir, dolores de panza constantes, juegos agresivos y demasiadas pesadillas seguidas", denunció.

"Y lo que es peor, los hijos de estos 16 padres tienen miedo al agua y lloran desconsolados cuando les mojan la cabeza en la bañadera para bañarlos. Parece que el castigo del jardín era meterles la cabeza en la pileta", acusó la mujer, quien también aseguró que existe una causa judicial en curso.

La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires sostuvo en declaraciones a la prensa que el jardín cuestionado no contaba con una autorización para que funcionase como institución educativa, ya que desde 1996 ese establecimiento figura con un "cierre técnico pedagógico". Incluso el instituto estaba inscripto como una "casa de fiesta" y durante el verano funcionaba como una "colonia de vacaciones".