El círculo del desvío de fondos del Fútbol para Todos se va cerrando lentamente. Aquel negocio del kirchnerismo que costó 7000 millones de pesos y que, en vez de sanear a los clubes, tal su declarado objetivo inicial, terminó endeudándolos aún más, vive horas decisivas: la Sala Uno de la Cámara Federal, con los votos de los doctores Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia, acaba de confirmar los procesamientos de toda la cúpula de Futbolistas Argentinos Agremiados y su fundación El Futbolista, bajo el delito de partícipes necesarios de administración fraudulenta en perjuicio del Estado.
El monto que está en la mira es de 102 millones de pesos y por eso los embargos establecidos son impactantes: 10 millones per cápita. ¿Cómo se llega a esto? Según la Justicia, Agremiados firmó con AFA un contrato para recibir el 2% de los ingresos del Fútbol para Todos, algo que no estaba previsto en el convenio inicial con el Gobierno. Ese dinero terminó en plazos fijos, inmuebles y cajas de seguridad en pesos y dólares y algunos gastos particulares según la investigación.
Pero la Sala no se quedó solo con el gremio de los jugadores. En el último punto de su extenso pronunciamiento le ordena a la jueza María Servini que avance rápidamente hacia la elevación a juicio oral, pero que también investigue la relación de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia, a cargo por entonces de Carlos Zannini, con la transmisión de los eventos deportivos por el Estado.
Sí, por primera vez, el otrora súper poderoso Zannini queda en la mira de la Justicia por el escándalo de Fútbol para Todos. Y no cae en un momento cualquiera: dos semanas atrás, el ex hombre fuerte de la empresa Torneos, Alejandro Burzaco, admitió ante la Justicia norteamericana que pagó coimas de cuatro millones de dólares para poder reingresar en 2011 al negocio del fútbol argentino, y que ese dinero fue a manos del coordinador del programa, Pablo Paladino, y uno de sus ayudantes, Jorge Delhon, quien se suicidó horas después de la confesión del ex CEO.
Paladino, al ser consultado, le afirmó a Infobae: “Yo solo ejecutaba, tenía el manejo operativo simplemente. Las decisiones políticas de a quiénes se contrataba nos excedían por completo, eso era facultad de quienes se sentaban con Julio Grondona y Alejandro Burzaco. ¿Quiénes eran? Carlos Zannini y Máximo Kirchner”.
Al día siguiente, Aníbal Fernández, ex jefe de Gabinete y quién ya fue indagado en esta causa, también apuntó hacia arriba: “Confío en Paladino y sé lo que dice porque, por ejemplo, yo solo acerqué a la AFA, pero la presidenta después le encomendó todo a Zannini. Era él quien tomaba cada una de las decisiones”.
Así, el hombre que hasta hoy miraba a la distancia las desventuras del resto de sus ex compañeros de gobierno en la Justicia Federal, ya que apenas tiene una causa menor en su contra, debería comenzar a inquietarse. Inquietud que también debería corroer los cimientos de Sergio Marchi y compañía.
La confirmación del procesamiento del mandamás de Agremiados lo deja en una posición incómoda: el todopoderoso presidente de Boca, Daniel Angelici, lo tiene en la mira hace rato y contaría con el aval del presidente de la AFA, Chiqui Tapia, para ir por todo. Con la nueva situación, la dirigencia del fútbol podría pedir la intervención de Agremiados o la devolución del dinero que, según la Justicia, corresponde a los clubes.
Habrá que ver si quieren jugar a fondo o utilizan el nuevo escenario solo para sacarle más ventajas a Marchi, ya que la Superliga viene presionando para que se admita un número mayor de jugadores extranjeros en el país, algo que hasta ahora el gremio resistía.
En su momento, cuando el gremio llevó adelante medidas de fuerza, la cúpula de la AFA intentó desestabilizarlo sin éxito. Es más, a mediados de 2016, hasta se había encomendado la tarea de reunir jugadores para una rebelión a Carlos Tevez, lo que fracasó tras una recordada asamblea donde se levantó la medida de fuerza, que se retomó en febrero de este año y recién terminó un mes después cuando los clubes pagaron, lo que le dio margen de maniobra a Marchi con sus afiliados.
Veremos cómo sigue ahora una historia que también tiene como procesados al ex jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al ex candidato a vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, al ex presidente de la AFA, Luis Segura y a los ex dirigentes Rafael Savino, Carlos Portel, José Lemme, Miguel Ángel Silva y Rubén Raposo.
La investigación también avanzará ahora sobre las cuevas financieras donde los clubes cambiaban los cheques a una tasa usuraria, produciéndole un perjuicio notable a las instituciones. La hipótesis de trabajo de la jueza Servini es que de allí la plata que se descontaba terminaba en un circuito relacionado con los funcionarios y los propios dirigentes del fútbol. Un escándalo que cada día que pasa, suma más y más gente.