La relación tirante entre Alberto Fernández y el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, a pesar de que ambos pertenecen al peronismo, quedó otra vez de manifiesto ayer durante la visita del Presidente a la planta de Nissan con motivo de una inversión de la automotriz para duplicar la producción nacional de su pickup Frontier.

La de ayer fue la segunda visita de Alberto Fernández como presidente a Córdoba y aún cuando compartió dos actos con Schiaretti todo fue protocolar. El gobernador de Córdoba nunca apoyó la candidatura presidencial de Alberto y tras ser electo, el jefe de la Casa Rosada no lo cuenta como "peronista". Incluso, Alberto generó una ardida polémica en la provincia mediterránea cuando al poco de asumir encomendó a un grupo de intendentes cordobeses del Frente de Todos, trabajar para "integrar a Córdoba al país".

En los momentos que compartió con Schiaretti, Fernández -como es su costumbre- lo llamó "el Gringo"; el cordobés aprovechó para repetir algunas de las políticas que, entiende, lo diferencian de la Nación, como el apoyo a las actividades productivas. No hubo reproches, sí diferenciación.

En el acto en Nissan, el gobernador habló antes que el Presidente. Repasó el rol central de Córdoba en la industria automotriz y subrayó lo que suele decir en sus actos: que su administración "apuntala a toda la producción". Pero aprovechó para pasar un aviso que refleja su rechazo a parte de las políticas asistencialistas del Gobierno nacional: Destacó que hay que "subsidiar el empleo más que el desempleo" (la Provincia, por ejemplo, aporta $7000 por cada nuevo trabajador de Nissan). Nunca mencionó ni al Gobierno.

Pero el eje político de la visita a Córdoba de Alberto pasó por una reunión que mantuvo con los principales referentes e intendentes del Frente de Todos de Córdoba a quienes el Presidente arengó a no bajar los brazos y dar pelea en 2023 en una provincia que viene siendo muy esquiva para el kirchnerismo. Y allí, en la sede del gremio Camioneros también hubo lugar para la interna oficialista.

"¡Basta!, no podemos estar inmovilizados por eso. Las opiniones de los compañeros son eso, opiniones. Néstor (Kirchner) dijo que había que sumar verdades relativas. No le tenemos miedo al debate. Siempre estuve de acuerdo con resolver las candidaturas por internas. Debatamos y vayamos para adelante, porque es un gran momento de la Argentina", disparó el Presidente.

No hubo nombres, pero es claro que la referencia es a Andrés Larroque, quien criticó duramente al ministro Martín Guzmán durante tres días seguidos. (Fuente La Nación)