La fiscal federal de Lomas de Zamora, Cecilia Incardona, impulsó ayer la investigación del caso del avión venezolano que aterrizó el lunes 6 de junio en Ezeiza con cinco iraníes: pidió investigar si los tripulantes tienen vínculos con el terrorismo y solicitó que se decrete el secreto del sumario, medida que el juez tomó pocos minutos después.
Incardona presentó su requerimiento de instrucción (paso necesario para que comience toda causa penal) ante el juez de Lomas de Zamora, Federico Villena, que ayer ordenó que se les retuvieran los pasaportes a los ciudadanos iraníes.
Argentina considera siempre sensible la presencia de viajeros provenientes de Irán, país vinculado con el atentado contra el centro AMIA de la comunidad judía argentina cometido en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, relató que al entrar al país ninguno de los tripulantes del avión contaba con alertas rojas, pero "con posterioridad al ingreso se recibe por distintos canales información de organismos extranjeros que advertían de la pertenencia de parte de la tripulación a empresas relacionadas con la fuerza Quds de La Guardia Revolucionaria de Irán".
"La Argentina tiene respeto con todos los países soberanos, pero si hay situaciones de esas características debe tomar determinadas acciones", aclaró en declaraciones radiales.
En una denuncia, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) señaló que "los originarios de Irán tendrían vínculos con las fuerzas Quds, pertenecientes a la Guardia Revolucionaria, declarada como grupo terrorista por los Estados Unidos".
El avión de carga, un Boeing 747-3B3(M) de la empresa venezolana Emtrasur, aterrizó el lunes 6 de junio en el aeropuerto de Córdoba por la neblina que había en Buenos Aires, pero luego llegó a Ezeiza, donde lo estaban esperando. Rápidamente intervino la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), la Aduana, Migraciones y la Policía Federal en un operativo conjunto. "Transportaba autopartes para una empresa automotriz, se revisó la carga varias veces, pero no se encontró nada extraño y fue liberada", dijo una alta fuente de la PSA.
El miércoles a la tarde, la aeronave intentó viajar a Uruguay para cargar combustible y de esa manera poder regresar a Venezuela, pero el gobierno de ese país decidió cerrar el espacio aéreo y le impidió la maniobra. Desde entonces, está parado en Ezeiza. YPF y Shell se niegan a venderle combustible por las alertas internacionales.
Fueron secuestrados los pasaportes a doce ciudadanos venezolanos y cinco iraníes que iban a bordo. El Boeing de Emtrasur ya había llamado la atención de las autoridades aeronáuticas paraguayas el mes pasado por la excesiva cantidad de tripulantes que llevaba, siete de los cuales eran de origen iraní. Sucede que ese tipo de vuelos suele tener de 6 a 7 tripulantes, y en el caso del carguero venezolano, llegó a Asunción con 18 tripulantes.
El caso encierra aristas todavía más sospechosas, ya que además de reclamar precisiones sobre el vuelo, desde sectores de la oposición se indicó que el Boeing 747 voló desde Córdoba a Buenos Aires "con el transponder apagado, como si quisiera no ser localizado" mientras atravesaba territorio argentino.
La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), personal de la Aduana, la Policía Federal y la Dirección de Migraciones esperaban al avión por información de inteligencia "de varias agencias mundiales". Sucede que luego se supo que los vuelos de ese gigantesco avión ya vienen bajo sospecha desde febrero pasado, cuando fue transferido a la compañía venezolana por la empresa iraní Mahan Air, una compañía que Estados Unidos sospecha que colabora con el régimen de Teherán en el respaldo logístico de actividades terroristas.