Alberto Fernández cuestionó muy fuertemente el funcionamiento del Poder Judicial y hasta dijo tener “cierta impotencia porque es un poder autónomo en la República”.

“Como yo soy un republicano de verdad, respeto la autonomía judicial, pero no quiere decir que avale lo que ellos hacen”, aclaró, entrevistado por las periodistas Nora Veiras, Romina Calderaro y Noelia Barral Grigera para el diario Página 12.

No es la primera vez que el Presidente de la Nación se expresa en duros términos contra el máximo tribunal. “La Corte actúa con una discrecionalidad pasmosa”, había dicho en otra entrevista, el 11 de diciembre del año pasado. Meses antes, el 30 de julio, también había afirmado: “La Corte Suprema está funcionando mal”. concepto que ahora reiteró.

Ahora, en paralelo con sus críticas al funcionamiento del Poder Judicial, Alberto Fernández también negó que la intención del oficialismo sea proteger a la Vicepresidente: “La Justicia tiene que darse cuenta de que está funcionando mal y todos los argentinos tenemos que darnos cuenta que cada vez que uno habla de la justicia, inmediatamente los medios plantean que estamos buscando la impunidad de Cristina y eso no es así”.

“Acá los impunes son algunos opositores porque saben que tienen una justicia que les responde”, agregó. Una acusación directa de parcialidad.

“Cuando yo le planteo a la Argentina que hay que revisar el funcionamiento de la Corte, no es porque la estoy presionando”, se defendió.

“La Corte está mal y lo que era un tribunal prestigioso en los años de Néstor hoy es un tribunal muy poco calificado socialmente”, afirmó para respaldar sus cuestionamientos.

El Presidente también dijo que para él la solución no pasa por la ampliación del número de miembros de la Corte Suprema sino por un cambio en la lógica de su funcionamiento. Y apuntó en especial contra el alcance del recurso extraordinario: “Usaron ese recurso del artículo 280 para no revisar una causa que involucra a un ex vicepresidente y habilitan un recurso extraordinario por dos jueces trasladados y lo transforman en una cuestión institucional gravísima”, acusó.

Saliendo al cruce de quienes ven segundas intenciones en los proyectos de reforma de la Justicia, Alberto Fernández dijo: “Si yo llego alguna vez a darle un indulto a Cristina, me mata. Ella quiere que haya un sistema legal que le permita probar su inocencia y no un sistema de persecución que no quiere escucharla”.

También señaló que el de Milagro Sala es “el caso del lawfare por antonomasia”, haciendo propio el argumento kirchnerista de que las causas judiciales esconden en realidad una persecución política. " Se construye un escenario judicial en torno a ella que le está haciendo padecer una detención absolutamente impropia”, dijo.

Y cuando le recordaron que el caso de la dirigente jujeña está en la Corte, respondió: “Sí. Y debería revisar con cuidado lo que ha pasado en el caso Milagro Sala, con cuidado y con atención”.

El Presidente se mostró satisfecho por haber instalado este debate: “La crisis de la justicia es un tema que no se debatía (…), un tema que estaba oculto y que hoy está presente. Y yo lo he puesto en el escenario”.

“Nosotros tenemos una ética, por eso actuamos así”, concluyó.