El presidente de la Nación Alberto Fernández brindó anoche una entrevista en la que aseguró que con el ministro de Economía, Martín Guzmán, fijaron un 9% de aumento para las tarifas y que la discusión dentro del oficialismo está cerrada. “Es un tema terminado”, expresó.
“No puedo tener este nivel inflacionario y exigirle a la gente, porque además hay mucho malestar. Por lo tanto, para nosotros la tarifa es un tema terminado. Vamos con el aumento que discutimos y, como bien dice Martín, a trabajar en la segmentación, porque en eso yo estoy totalmente de acuerdo con Martín [Guzmán]. Si nosotros no segmentamos todos terminamos beneficiados con subsidios que paga el Estado”, sostuvo, en un diálogo con María O’Donnell y Ernesto Tenembaum, por CNN en Español.
Tras el conflicto generado en torno a la salida del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que luego no se llevó adelante, el jefe de Gobierno sostuvo que se trató de un “desencuentro innecesario” entre funcionarios y dio por terminadas las diferencias. “Estamos cerca de resolver la segmentación”, indicó Fernández y detalló que esperan llevarlo a delante durante este año para poder “ordenar los subsidios”.
El Presidente justificó que el Gobierno armó un presupuesto que no imaginó la pandemia ni una inflación galopante. “No preveía que íbamos a tener la carne creciendo al precio que crece, no preveía que íbamos a tener a las empresas alimenticias aumentando precios sin ton ni son, ganando con unas ganancias extraordinarias. Y no preveíamos que el coronavirus nos iba a atacar de nuevo como atacó”, sumó.
En esta línea, se refirió al cepo a la carne, que pone límites a la exportación en el país por 30 días. “¿Por qué se supone que suben los precios de la carne argentina? Porque dedicás un 30 por ciento a exportarlos. Entonces, la lógica es que si vos frenás ese 30 por ciento y lo dejas adentro, la oferta aumenta y los precios bajan”, argumentó.
En otro momento de la entrevista, el Presidente opinó sobre las últimas medidas de confinamiento. “Son nueve días”, dijo, sobre la vuelta a la fase uno que rige en las áreas con alto riesgo epidemiológico. Respecto a la situación del país, con una creciente suba de los casos, expresó que siente que la ciudadanía no lo escuchó. Y agregó: “Este golpe es lo que en la experiencia Europa lo llaman ‘el martillazo’, te permite ganar tiempo, barajar y dar de vuelta, te permite bajar el número de contagios y ganar tiempo en la atención y la administración de la salud. Confío que sea así, si todos cumplimos y todos respetamos las reglas es posible que lo logremos”.
“No quiero volver atrás, pero hubo jurisdicciones que no respetaron las medidas, hubo jurisdicciones que decían que no les hacía falta. Después dicté medidas específicamente para el AMBA. Y advertí ese día que se iba a extender a todo el país. Y no me escucharon. Me dijeron ‘Me sobran camas’. Y se extendió a todo el país. Y las camas se ocuparon a gran velocidad”, agregó.
Fernández habló de la ley que envió al Congreso para imponer restricciones de acuerdo al semáforo epidemiológico: “La ley, lejos de darme superpoderes, me los restringe. Hasta en eso la oposición miente”, reprochó. También, se refirió a la campaña de vacunación y al debate por la presencialidad escolar. “Ahora estamos acá mejor que Brasil y creo que en los próximos días que llegue un número de vacunas importante, vamos a estar mejor. Pero la verdad, esta no es una competencia entre países, porque más allá de que [Jair] Bolsonaro, sea como sea −si es más antivacunas o más provacunas−, la realidad es que conseguir vacunas es un problema, no es un problema de la Argentina sino del mundo. A España y a España les costó tanto como a la Argentina”.
Sobre las clases presenciales, que se encuentran suspendidas en gran parte del país, el Presidente reflexionó sobre el tema y volvió a hacer hincapié en que la prioridad de su Gobierno está puesta sobre la salud de los argentinos. “¿Alguien puede pensar que yo, que dediqué mi vida a la docencia, voy a decir que la educación no importa? Claro que importa, y claro que me duele y me preocupa”, dijo, y confrontó al gobierno porteño, que enarbola la bandera de la presencialidad, al decir que “está demostrado que el aumento de contagios entre chicos en edad escolar de 0 a 12 años aumentó un 110 por cierto”.
“Estamos en una instancia en la Argentina donde podemos volver a entender que hay cosas que políticamente no se pueden admitir discusión, que hay momentos donde debemos estar muy unidos para trabajar juntos. Quisiera, que la oposición también entendiera la crisis en la que estamos y que con esto no se puede hacer política, porque es muy grave, porque ponemos en riesgo la vida de la gente”, cerró.