El presidente Alberto Fernández puede firmar en las próximas semanas un decreto para avanzar en la construcción de un gasoducto troncal desde la formación Vaca Muerta, dijo una fuente del Gobierno, refiriéndose a una obra clave para revertir el déficit energético de Argentina.
Una vez concluido, el gasoducto puede resultar vital para aliviar las deficitarias cuentas públicas de Argentina, gracias a una reducción en las importaciones de energía y a las divisas frescas que generarían las exportaciones de gas.
"Lo que hay en marcha es un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) que va a firmar el Presidente, para declarar de interés nacional el sistema de obras del gasoducto Néstor Kirchner", indicó la fuente a la agencia de noticias Reuters.
La construcción requerirá, en una primera etapa, unos 18 meses de trabajo y una inversión pública de unos 1.590 millones de dólares para inyectar 24 millones de metros cúbicos más por día de gas en la red para el invierno de 2023, explicó la fuente, que pidió no ser identificada.
En el decreto "se establece que el programa está en cabeza de la Secretaría de Energía, que lo va a construir y licitar a través de IEASA (empresa pública que gestiona proyectos y obras de infraestructura energéticas), donde se crea un fideicomiso para administrar estas obras", explicó.
La iniciativa tendrá lugar luego de que la oposición política rechazara días atrás en el Congreso el proyecto de presupuesto oficial para 2022, que establecía beneficios fiscales para la construcción del gasoducto central y sus obras complementarias. Según la fuente, un decreto presidencial eximirá al proyecto del impuesto a créditos y débitos bancarios.
Vaca Muerta, ubicada en la Patagonia, es la cuarta reserva mundial de petróleo no convencional y la segunda de "shale" gas. La petrolera YPF, controlada por el Estado, Shell, Tecpetrol y Pampa Energía son algunas de las empresas que producen gas en la formación.
La primera etapa de las obras incluye la construcción del gasoducto desde Tratayén, en la provincia de Neuquén, donde se ubica la formación de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta, hasta Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires.
El proyecto ha generado dudas en algunos economistas, que lo consideran difícil de desarrollar en medio de la compleja situación financiera que enfrenta Argentina, que está renegociando un crédito por 45.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y podría cerrar 2021 con un déficit fiscal primario cercano al 3%.
"Seguramente se va a demorar la obra, porque es sabido que la variable de ajuste del gasto del año próximo será el gasto de capital. Desde ya que van a tener que cerrar algunas canillas y la más fácil de cerrar es la de gastos de capital, porque no se ven", dijo el economista Agustín Monteverde, de la consultora Massot/Monteverde y Asociados.
El secretario de Energía, Darío Martínez, dijo a Reuters que la construcción de la segunda etapa del gasoducto, entre las localidades de Salliqueló y San Jerónimo -en la provincia de Santa Fe- permitirá incrementar en 40 millones de metros cúbicos el transporte diario de gas. No se descarta el aporte de capitales privados en esta etapa.
"Nos va a llevar a dejar de importar definitivamente GNL (Gas Natural Licuado) y dejar de quemar combustible para generar electricidad, y eso es otro paso importante en el camino de la transición energética", explicó Martínez. El gasoducto Néstor Kirchner tramo completo, Salliqueló-San Jerónimo, también nos abre la puerta a abastecer de gas a la región: Uruguay, Chile y Brasil", agregó.
En noviembre, Vaca Muerta tuvo el mejor mes de su historia, con un récord de actividad, que se expresa en la cantidad de etapas de fractura: hubo 1.122 fracturas para producir shale y otras 5 más para petróleo y gas no convencional.