Este miércoles vence el decreto que congeló por 90 días el precio de los combustibles y del barril de crudo y el Gobierno ya tiene la decisión tomada de no prorrogarlo, según medios nacionales. De hecho, en la práctica incumplió esa norma con los dos permisos de subas que otorgó en los últimos dos meses, de 4% y 5%, para descomprimir la tensión generada con las petroleras y los gobiernos provinciales.

Los empresarios están a la espera de que venza la norma para definir nuevos aumentos, ya que todavía mantienen un retraso en torno al 15%, coinciden en el sector. Prefirieron no anticipar cifras, pero la expectativa es que continúen con la recomposición hasta fin de año, de modo tal de esperar la llegada del nuevo gobierno mejor parados.

"Vamos a esperar el descongelamiento y ahí analizar qué hacer. Pero la idea es aprovechar la ventana hasta el cambio de gobierno para achicar un poco más la brecha", dijeron en una petrolera.

Una vez vencido el decreto, será YPF la que tendrá que mover primero sus fichas, como lo viene haciendo. Si avanza con un nuevo incremento antes de diciembre, el resto (Axion y Raízen) seguirá sus pasos. Si bien hubo varios aumentos, estuvieron muy por debajo de la inflación. Mientras que en enero el litro de la nafta súper costaba, en Capital Federal, $38,60, hoy se ubica en $47,79, es decir que aumentó 24%, cuando el dólar subió más de 60% y la inflación se proyecta en 55%.

El gran interrogante es qué hará el nuevo gobierno con el precio de los combustibles, ya que trascendió de varios interlocutores la intención de potenciar el desarrollo de Vaca Muerta, pero para que esto suceda las empresas necesitan que se les garantice "un precio razonable", dicen a coro en el sector.