El Gobierno argentino evalúa los daños provocados por un derrame de "entre 2.500 y 3.000 metros cúbicos" de crudo en una zona deshabitada de la provincia patagónica de Río Negro, informaron ayer fuentes oficiales.
En declaraciones al canal de noticias TN, el viceministro argentino de Ambiente, Sergio Federovisky, afirmó que la Brigada de Control Ambiental está trabajando en el lugar para analizar las consecuencias de un vertido que, agregó, ya fue contenido.
"Entendemos que lo que hubo fue una falla en una costura del oleoducto. Habría habido una rotura, en principio, y una fuga quizás de entre 2.500 y 3.000 metros cúbicos directamente al ambiente", aseveró el funcionario.
Según varios videos difundidos por las redes sociales, el vertido de crudo abarca una amplia superficie de terreno, afectando incluso a un arroyo cercano, que aparece completamente teñido de negro.
Por esa razón, Federovisky reconoció que el riesgo medioambiental "indudablemente es alto" para la flora y la fauna de una zona, que, agregó, "no está poblada". "Lo primero que hay que hacer ahora es evitar que siga fluyendo ese crudo y recuperar la cantidad que se pueda. Entendemos que hay una recuperación del orden del 50 al 60% hasta el momento y estamos
esperando a ver si eso se puede contener definitivamente en las próximas horas", señaló el viceministro de Ambiente.
La empresa responsable de la instalación, Oleoductos del Valle (Odelval), informó en un comunicado que el incidente se generó en la zona de Medanito, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Catriel, y que "los cursos de agua cercanos no se vieron afectados". Respecto a las posibles responsabilidades de la compañía, Federovisky supuso que "no hay desidia ni negligencia", sino que se trata a priori de "un accidente".