La foto de bienvenida. Dirigentes del PRO de la Ciudad y Provincia de Buenos Aires se juntaron en una tradicional pararrilla para el bautismo de fuego de Pichetto en el oficialismo. Hubo asado, vino, ensalada y marcha peronista.

 

El senador justicialista Miguel Ángel Pichetto, flamante precandidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, vaticinó ayer que muchos sectores del peronismo se unirán detrás del presidente Mauricio Macri en busca de su reelección para los comicios de octubre.

"Va a haber mucho peronismo detrás del presidente Macri que es el que tiene los votos", aseguró Pichetto al retirarse de un almuerzo que compartió en la Costanera Norte con varios dirigentes que integran el oficialismo, muchos de los cuales pertenecen al PJ, como el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, el vicejefe del Gobierno porteño, Diego Santilli; y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.

Pichetto también afirmó que el macrismo realizará "una convocatoria muy importante" a dirigentes del peronismo, y también envió un llamado de atención al justicialismo bonaerense al recordarles que el candidato de Unidad Ciudadana en la provincia, Axel Kicillof, "es un hombre del Partido Comunista".

"Fue un reencuentro con muchos amigos y compañeros del peronismo que integran el gobierno. Y un primer paso para una convocatoria muy importante que vamos a hacer a los compañeros y compañeras del peronismo nacional para que se sumen a esta propuesta de unidad nacional", aseguró. "Tengo experiencia en el Congreso y desde ahí voy a sumar para lograr los grandes cambios en la Argentina. Esta convocatoria tiene el sentido de unir a los argentinos e ir a las grandes transformaciones que el país necesita", destacó.

Pichetto reflexionó que en la Argentina "hay una discusión entre mayor democracia o algunas visiones del autoritarismo que pueden llevar a la Argentina a lugares muy complicados" y sostuvo la idea de debatir con la expresidenta Cristina Fernández, precandidata a vicepresidenta del espacio Todos, detrás de su exjefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Al respecto, Pichetto sostuvo que "puede ser interesante discutir con la expresidenta porque eso puede aportar a que la Argentina analice con mucho detenimiento el voto".

"Estamos en una diagonal de la historia donde podemos volver a encontrarnos con una situación de aislamiento, de default o dar el paso hacia la construcción de un capitalismo moderno, de mejorar la vida de la gente", expresó.

Pichetto le pidió a los peronistas bonaerenses que "reflexionen" sobre la candidatura del exministro de Economía Axel Kicillof como gobernador al señalar que "el peronismo de la provincia lleva como candidato a un hombre que tiene sus orígenes en el Partido Comunista".

"Los compañeros tienen que reflexionar sobre eso", sentenció.

Ritondo, en tanto, dijo que estaba "alegre" por "ampliar el espacio de Cambiemos para sumar a un hombre que con responsabilidad acompañó al gobierno en muchos momentos difíciles. Después del próximo diez de diciembre, Pichetto nos garantizará gobernabilidad y un consenso en el Senado que vamos a necesitar".

El encuentro organizado por Ritondo y Santilli, al que se sumó también el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, sirvió para darle una bienvenida estilo "peronista" al rionegrino con un almuerzo en el restaurante Los Platitos de Costanera Norte.

Antes de comenzar con la ensalada y los bifes, Santilli aprovechó para darle la bienvenida a Pichetto y lo desafió a Monzó a cantar la Marcha Peronista ahí mismo.

Monzó aceptó el desafío, extrajo de su saco un pequeño parlante con Bluetooth y comenzó a sonar la versión de Hugo Del Carril que todos los presentes cantaron con algarabía.

 

La presión del vice le da otra chance a Orrego

 

El primer gran impacto político concreto por la irrupción de Miguel Angel Pichetto en el oficialismo también puede llegar a tener un correlato en San Juan. El flamante nominado a vicepresidente de Mauricio Macri, junto al gobernador de Mendoza y jefe de la UCR, Alfredo Cornejo, abrieron la puerta para levantar el veto que Marcos Peña impuso a principios de año a los candidatos a gobernadores de Cambiemos para que no pudieran presentarse a competir por otros cargos en las elecciones nacionales. Así las cosas, ahora un puñado de dirigentes que perdieron en las provincias podrán buscar una banca en el Congreso nacional. El ejemplo más cercano es el de Marcelo Orrego, el intendente de Santa Lucía y excandidato a gobernador en San Juan, que amenazaba con irse del oficialismo si no lo dejaban volver a competir. Ahora, Orrego está en condiciones de ir por una banca, aunque todavía no se haya definido.

Otro caso resonante es el del diputado radical Mario Negri que también compitió como candidato a gobernador en Córdoba. 

La decisión de levantar la "proscripción" se tomó en una reunión en la que participaron el jefe de Gabinete, el flamante candidato a vice, Cornejo y Horacio Rodríguez Larreta. 

"¿Qué es esa estupidez?", interrogó Pichetto a Alfredo Cornejo y a Marcos Peña, mientras exhibía el comunicado de enero, firmado por los tres partidos del frente Cambiemos, con el compromiso de no anotar en las listas legislativas a quienes hayan sido candidatos en las provincias. 

Peña se resistió pero no pudo con la presión del senador, que con esta decisión sacó chapa de armador político indiscutible de Juntos por Cambio. "No podemos perder peso político en las elecciones primarias", instruyó a la mesa.