Sigue la búsqueda en el Delta del Paraná de la avioneta que desapareció ayer tras despegar del aeropuerto de San Fernando con destino a Formosa, ya que fue descartada la noticia de que había sido hallada destruída, que se difundió cerca del mediodía. 

 

Mientras eso ocurre, algunos datos sobre sus ocupantes y el vuelo empiezan a salir a la luz. Según se conoció en la aeronave, que es propiedad de una empresa agropecuaria de Bragado, viajaba el hijo del dueño de la aeronave y de la empresa agropecuaria Aibal, Matías Aristi, junto a dos pilotos.

 

Los pilotos del turbo hélice bimotor marca Mitsubishi matrícula LV MCV y Matías Ronzano y Facundo Vega, ambos de la ciudad de Lincoln.

 

La familia Aristi es propietaria en Mendoza de la bodega Melipal. Oriundos de la localidad bonaerense de Bragado, Matías no está en el negocio vitivinícola en el que sí se han involucrado de lleno sus hermanas Clarisa e Irene, que residen en Mendoza. Además, Aibal, la empresa "madre" de los Aristi, tiene campos en Formosa, hacia donde partió la aeronave. En el lugar, la empresa Aibal tiene una pista habilitada propia.

 

Aristi, en la foto difundida por el diario porteño Clarín y que está en su Facebook.

 

Los familiares de los tres tripulantes esperan novedades en el aeropuerto de San Fernando y no pierden las esperanzas de que se encuentren en buen estado. Matías Aristi es un reconocido deportista vinculado al mundo runner a nivel internacional, tal como puede apreciarse en su perfil de Facebook.

 

La máquina "tiene un sistema de balizas que al tocar el agua se activa una señal en forma inmediata que es detectada por los radares, pero nada de eso sucedió. Es todo muy raro, pudo haber aterrizado en la zona del Delta en donde no hay señal y no llegan los radares", dijo Claudio Carbone, experto en aeronáutica.

 

Indicó además que "la zona de los alrededores de San Fernando es muy complicada para las comunicaciones, hace unos años una avioneta que había partido desde allí rumbo a Carmelo, Uruguay, y que se estrelló, tampoco los pasajeros habían podido hacer contacto".

 

"Lo raro es que a los cinco minutos del despegue se le pidió al piloto que cambiara la frecuencia pero jamás respondió", destacó Carbone.

 

MDZ