
Durante el rechazo de la ley de aborto en el Senado, un puñado de revoltosos protagonizaron incidentes en las afueras del Congreso. Arrojaron piedras, bombas molotov y otros elementos a policías de Infantería apostados en el lugar.
Mientras la mayoría de militantes se retiraba de la plaza en Buenos Aires, algunos activistas que habían llevado piedras en sus mochilas comenzaron a lanzarlas contra los uniformados que separaban las vigilias de pañuelos celestes y verdes en las inmediaciones del Congreso.

Así se produjeron corridas, mientras varios manifestantes lanzaban insultos y distintos objetos a los efectivos. Los policías, por su parte, respondieron con gases lacrimógenos.
Tras las corridas y disturbios, la Policía detuvo a algunas personas. Las cámaras de televisión mostraron cómo, al menos, siete personas eran trasladadas en patrullas tras haber sido detenidas. Un vallado de Infantería mantenía alejado a un puñado de manifestantes que, con pañuelos verdes en alto, reclamaba a los uniformados la liberación de sus compañeros.

El grupo que causó los disturbios fue menor en comparación con la multitudinaria manifestación que durante 16 horas siguió en forma pacífica, y bajo una tormenta de lluvia y frío, el debate de los senadores, que rechazaron finalmente la legalización del aborto por 38 votos frente a 31.
