Estos últimos doce meses han sido agitados en términos electorales, con muchas y relevantes elecciones en la Región. Conociendo que, a mediano plazo, Latinoamérica suele seguir algunos patrones comunes, estos resultados podrían tener implicancias en el panorama político argentino.
La regla latinoamericana:
Esta regla parece ser la de oficialismos con dificultades para sostener las cuotas de poder con que contaban previamente. En algunos casos derrotados, en otros victoriosos por escaso margen. El contexto, economías con tasas de crecimiento reducidas, caída de los precios de las materias primas y, en varios casos, dificultades para sostener las medidas redistributivas encaradas en etapa de expansión económica, marcaron a varios de estos procesos.
Los que perdieron
En noviembre de 2013 se celebraron las elecciones en Chile, con una dura derrota para la Alianza de derecha, en manos de la Concertación. La candidata del expresidente Piñera, Evelyn Matthei fue claramente derrotada en 2º Vuelta por Michelle Bachelet, con un 62% de los votos.
También fue derrotado el oficialismo en Panamá en mayo y en Costa Rica en febrero.
También fue duro el resultado de las elecciones regionales y municipales de octubre, en Perú, para el presidente Humala
Los que ganaron por poco
En Colombia, el Santos se llevó un gran susto, perdiendo la primera vuelta en manos del candidato del ex presidente Uribe, Óscar Luluaga, para recuperarse en 2º vuelta y ganar con menos del 51% de los votos. Lo mismo que sucedió en El Salvador con el Sandinismo.
Las elecciones provinciales y cantonales en Ecuador, fueron bastante duras. Si bien el presidente Correa cuenta con más de un 65 por ciento de imagen positiva, su partido, Alianza País, hizo una elección bastante pobre, perdiendo en las 10 principales ciudades del país, aunque conservó la mayoría, debido a la dispersión de las fuerzas opositoras. Fue una victoria pírrica, que los llevó a redefinir varias cuestiones estratégicas de su gobierno, como su reelección por ejemplo .
Brasil fue una película de suspenso, en una enorme remontada, el PSDB, con Aecio Neves como candidato, quedó a menos de 5 puntos de despojar a Dilma Roussef de la reelección, que parecía asegurada a principio de año.
Las excepciones
Bolivia fue un caso diferente, en el que el presidente Evo Morales revalidó de manera más cómoda que nunca su mandato, con más del 61 por ciento de los votos. La dinámica de inclusión de grupos históricamente excluidos, en conjunto con la nacionalización de la explotación de hidrocarburos, parece haber sido la clave de esa elección.
En Uruguay, la victoria de Tabaré Vázquez en primera vuelta fue casi calcada a la que obtuvo el Frente Amplio, en 2009 con José Mujica a la cabeza, quedando a menos de 3 puntos de la victoria en primera vuelta. La segunda se celebra el 30 de noviembre, pero no parece demasiado compleja en virtud de los 17 puntos de ventaja sobre su adversario del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou.
Aún así, analizando las elecciones de los últimos 12 meses, vemos que cuatro oficialismo fueron derrotados, otros cuatro vieron recortado su poder, y sólo parecen mantener sus bases de apoyo.
En todos los casos consignados, se dieron campañas en las que tanto oficialismo como oposición proponía cambios… El caso más notable fue el ultimo slogan de Dilma en Brasil, "Gobierno Nuevo, Ideas Nuevas" Un dato que retrata un cierto desencanto en los ciudadanos del subcontinente con la labor de sus gobiernos, y un reclamo de algunos cambios, aun para los oficialismos.
¿Y nosotros qué?
A menos de un año de las elecciones, parece que Argentina también se encamina a un escenario de poder más fragmentado. En las últimas dos elecciones, la polarización entre el kirchnerismo y la oposición fue prácticamente en mitades, ya que CFK ganó con el 46% en 2007 y con el 54% en 2011. Con el detalle de que el espacio opositor estaba ocupado por varias fuerzas que se repartían ese voto de manera pareja, y no se sacaban diferencias entre sí. El resultado, cómodas victorias del FpV.
En el caso de las elecciones que se avecinan, el escenario parece estar distribuido de manera diferente.
Con la gestión de CFK con niveles de apoyo medianos, por debajo de su pico de 2011, pero por encima de su piso de 2009 con la crisis del campo, hasta ahora no parece estar en condiciones de imponer un sucesor "propio" para la candidatura del FpV
Sin una opción que aparezca como kirchnerismo puro, el electorado parece estar dividido entre aquellos que aprueban la gestión y votarían mayoritariamente por una opción oficialista, para la que en este momento aparece Scioli como mejor posicionado. Una porción del electorado, descontento con las medidas del gobierno actual, donde se hace fuerte Mauricio Macri y el PRO, y una opción que capta de ambos lados, el Frente Renovador de Massa. Como afirmamos en la anterior columna, todavía no se sabe qué lugar ocupará UNEN, si es que ocupa alguno, en la carrera hacia 2015.
Aunque este escenario puede variar, y en Argentina un año es una eternidad, hay indicios de que marchamos hacia una distribución más fragmentada del poder, en el que la fuerza política que triunfe se verá obligada a negociar con el resto para dar viabilidad a su gobierno. Todo un desafío para nuestra cultura política, en la que cualquier consenso se vuelve complicado.
Habrá que analizar como sigue la carrera presidencial, y cuánto terminamos pareciéndonos a nuestros hermanos latinoamericanos.